Los colores de nuestro país están en pleno proceso de cambio. En los últimos meses hemos vivido una transición del rojo al azul pálido primero y al azul más azul en las últimas semanas. Si la aplastante victoria del Partido Popular en elecciones autonómicas y municipales y la abrumadora derrota del Partido Socialista en las Generales no eran suficientes, ahora le toca el turno a nuestra televisión.
Para empezar, la compra de laSexta por parte del Grupo Antena 3 supone la eliminación del único canal en televisión en el panorama nacional con ideas políticas de izquierdas.
Esta decisión empresarial llevará al traste, a buen seguro, los informativos frescos y dinámicos de laSexta y a los programas de contenido político en los que primaba el humor ácido, a una no identificación de los espectadores como ya ocurriese en su día con la compra de Cuatro por parte de Telecinco.
Pero este no es el caso más grave, a fin de cuentas, tan sólo es una empresa privada que, como todas, buscan el beneficio económico. La cuestión más importante está en Televisión Española, nuestra televisión pública que, aunque utilice como lema la imparcialidad, no tardará en teñirse también de azul como lo ha hecho en todos los gobiernos anteriores.
Además este último movimiento del Grupo Antena 3 supone una omnipresencia compartida con el Grupo Mediaset España ya que entre ambas se repartirán el 84% del mercado publicitario dejando para el resto de canales un irrisorio 16%, con el que poco pueden competir en cuanto a tarifas publicitarias y por consecuente en ofrecer una programación de calidad.
A partir de ahora, para los que buscan informarse fuera de las convicciones políticas del grupo popular, siempre quedará internet y la prensa libre ya que la marea azul llega a la televisión.
|