Todas las miradas estaban centradas la semana pasada en el mensaje del Rey. Como cada año, millones de personas ven en sus televisiones el mensaje de su majestad, pero este año la expectación era doble a causa del asunto Urdangarín, que pese a no estar imputado, la casa real decidió apartarle por si acaso. Este año, la foto o no que pudiera aparecer junto al Rey era algo secundario. Aun así, la imagen de su majestad con Zapatero y Rajoy muestra un antes y un después en la democracia. De PSOE a PP; de mayoría simple de uno, a la absoluta de otro… y un sinfín de diferencias que espero y deseo en estos próximos años se acentúe con una buena gestión del PP.
Pero centrándose en el discurso del Rey, su majestad no nombró a Urdangarín, pero si que se refirió implícitamente a él con una frase: “la justicia debe de ser igual para todos”. Una frase que debe sentenciar cualquier crítica a la monarquia o a reabrir debates inútiles sobre si sería mejor una república. Una república tendría un presidente que sería elegido por las urnas, y que por lo tanto sería partidista. El Rey Juan Carlos en cambio, es un reflejo de la Constitución aprobada por los españoles en el 1978 con una participación muchísimo mayor que otro tipo de consultas o referéndums celebrados recientemente.
Por tanto, esta frase del Rey pone punto y final a cualquier tipo de debates puesto que el asunto Urdangarín no deja de ser un tema legal y no un tema constitucional. Así que chapó por el Rey.
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