Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Artículo opinión

Aviones de papel

La práctica totalidad de las ciudades españolas han pretendido tener las mismas infraestructuras que las demás sin tener en cuenta sus condiciones de población, comunicación o servicios que las rodean
Rubén Abad
martes, 24 de enero de 2012, 07:45 h (CET)
Quiero mi aeropuerto, quiero mi tren de alta velocidad y quiero todo lo que tiene mi vecino. Esta es la política de infraestructuras que se ha llevado a cabo durante los últimos años en la práctica totalidad de capitales de provincia y pequeñas ciudades a lo largo y ancho de nuestro país.

Desear y pedir que en cada ciudad haya lo mismo que en la del vecino, sin tener en cuenta las comunicaciones existentes, el tamaño de la misma o los servicios que la rodean, han hecho que en nuestro país, crezcan aeropuertos como las malas hierbas, donde menos te lo esperas.

Sin duda, hemos llegado a esta situación gracias a políticos que se aprovecharon en su día del dinero público erigiendo estas grandes obras a modo de mausoleos para que se les recuerde en la posteridad tras abandonar su cargo. Claro ejemplo de ello es el caso del aeropuerto de Castellón, a cuyas puertas se encuentra una gran estatua de 24 metros de altura levantada en honor a Carlos Fabra, presidente de la Diputación levantina a la hora de la construcción de su aeropuerto que, con un coste de 150 millones de euros, nunca abrió sus puertas al público.

Otros de los grandes culpables son, sin duda, los empresarios locales que, a golpe de subvenciones y partidas de dinero público, se encargaron de alabar las bondades de la llegada de dichas infraestructuras a sus respectivas ciudades sin tener en cuenta su sostenibilidad presupuestaria una vez concluida su construcción.

Es evidente que en España hemos vivido durante años por encima de nuestras propias posibilidades creyéndonos, de nosotros mismos, un país desarrollado a la altura de nuestros vecinos europeos. Sin embargo, nuestro sistema económico basado, principalmente en el sector inmobiliario, a las primeras de cambio, - y con la ayuda de la crisis económica a nivel mundial -, se ha ido al traste.

Está claro que, en un país con las características geográficas de España, no nos podemos permitir un aeropuerto o una estación de alta velocidad en cada capital de provincia. Parece ser, que por el momento, los únicos aviones que veremos volar en muchos aeropuertos españoles, serán sólo de papel.

Noticias relacionadas

¿Por qué y para qué lloran y rezan por el alma del papa Francisco aquellas personas fieles que siguen al pie de de la letra el dogma cristiano de su infalibilidad? Si el papa es infalible, ya tiene ganada la gracia eterna de su jerarca divino, por tanto debiera ser motivo de alegría su muerte terrenal. El juicio final será para él un mero trámite de confirmación de su excelencia individual.

Por las mismas fechas en que cinco siglos atrás se desarrollaba la Dieta de Worms, falleció en la Ciudad del Vaticano Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, hombre a quien se atribuyen ideas reformistas dentro de su Iglesia. Como Lutero, criticó duramente el afán de lucro dentro de esta institución y declaró sin inhibiciones que le dolía ver a sacerdotes o monjas con un automóvil último modelo.

La política exterior del PSOE ha dejado a España expuesta, aislada y debilitada, en un momento en el que Europa despierta al rearme y Estados Unidos exige que asuma su propia defensa. Decisiones guiadas por una ambición personal de poder han comprometido nuestra soberanía y seguridad.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto