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Fernando Lugo. Dudas sobre su “milagrosa” curación

El caso de la presidenta argentina Cristina Fernández, cuyo diagnóstico giró ciento ochenta grados, aumentó las dudas sobre la epidemia de cáncer que afecta a presidentes latinoamericanos
Luis Agüero Wagner
lunes, 30 de enero de 2012, 07:50 h (CET)
Hace pocas semanas un supuesto cáncer de la presidenta argentina Cristina Fernández cambió abruptamente de diagnóstico, y se convirtió en un tumor benigno de la tiroides.

No fue difícil que muchos puedan entrever una maniobra propagandística en el recurso de anunciar una noticia de ribetes trágicos, para luego cambiarla por una buena nueva.

En el caso del cura Fernando Lugo, quien ya lleva como cinco anuncios de su “milagrosa curación” al hilo, que siguen siendo repetidos por las agencias noticiosas de corta memoria, las sospechas crecen si se consideran todas las falacias que anteceden a la “milagrosa” curación.

Si la memoria no me falla, Fernando Lugo fue presentado por su prensa como un impoluto referente moral, cartel que se cayó en los días santos del año 2009, al aparecer varias mujeres reclamándole por su paternidad irresponsable, hecho que lo llevó a figurar entre los cinco políticos más escandalosos de la historia en un ranking de la misma BBC de Londres.

Otra de sus cartas de presentación, si mal no recuerdo, era que estábamos ante un marxista y bolivariano “obispo de los pobres”, predestinado para redimir a los desheredados del Paraguay. Poco tiempo después, vimos como este supuesto izquierdista se abrazaba con Alvaro Uribe para iniciar una cacería contra sus propios discípulos de seminario, aglutinados en una guerrilla marxista denominada EPP.

También creo recordar que sus partidarios hablaban de Lugo como de un supuesto teólogo de la Liberación, algo que Tácito Loureiro refregó el año pasado en una demoledora carta a Leonardo Boff.  El resultado fue que el mismo Boff renunció a hacerse cargo de esa falacia, aunque haya viajado varias veces al Paraguay por cuenta de las escuálidas arcas públicas de este país para prestarse a dicha farsa.

La nueva invención de estos “genios” del marketing político es la “milagrosa” curación de su pupilo de una enfermedad de la cual siempre se dudó. Mas dudas las había sembrado el presidente venezolano Hugo Chávez, sobre cuya enfermedad también corren versiones dispares, incluso la que afirma que se trata de un simple invento. Muchos lo nombran como el “supuesto enfermo” al líder bolivariano en sus crónicas.

En el caso del cura Fernando Lugo, nadie pudo acceder jamás a los resultados laboratoriales de su supuesto linfoma, lo cual hace sospechar de una más de las tantas manipulaciones mediáticas sobre una falsa enfermedad.

Indicios para sospechar no faltan en el caso del cura. Desde las dudas que se ciernen sobre las pruebas de ADN fraguadas por su abogado Marcos Fariña en el caso de la demanda entablada por  Hortensia Morán, hasta las falsificaciones de resultados laboratoriales de vacunas en SENACSA, en el Paraguay todo es falsificable.

Estamos hablando de uno de los paraísos internacionales de la piratería, y de un pais que empeoró en el ranking de la corrupción bajo el gobierno del falso teólogo de la liberación, falso marxista, falso bolivariano, falso referente moral y según todos los indicios, falso enfermo,  Fernando Lugo.

Al hablar de un personaje que fue presentado como impoluto referente moral y acabó descubierto como pederasta confeso, en un pais con semejante carta de presentación, no es muy difícil dudar de toda la historia. Ya lo expresó la ex embajadora Liliana Ayalde: "En el Paraguay es muy difícil encontrar la verdad".

Es que el Paraguay, evidentemente, es un pais donde nada es lo que parece.

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