El juez Baltasar Garzón ha asegurado ante el
Tribunal Supremo que su decisión de declararse competente para
investigar los crímenes cometidos durante la Guerra Civil y el
Franquismo no fue "una cuestión de ideología". "Hice lo que tenía que
hacer. Los jueces no estamos para ideologías, cada uno tendrá la suya.
Aquí no hubo ideologías", ha afirmado.
En su declaración ante el tribunal que le juzga por un delito
de prevaricación, el magistrado ha mantenido que aceptó investigar estos
hechos en aplicación de la doctrina que el Tribunal Supremo aplicó al
'caso Scilingo' y a partir del mismo criterio que le permitió dictar la
detención del dictador chileno Augusto Pinochet.
"No hice una cosa diferente a lo que he hecho en todos y cada
uno de los procedimientos en los que correspondía esta decisión
procesal. Hice exactamente igual, ni más ni menos", ha mantenido el juez
a preguntas de su abogado, Gonzalo Martínez-Fresneda.
Garzón ha mantenido su convicción de que los crímenes
cometidos en España entre 1936 y 1951 constituyen un delito permanete de
desapariciones forzadas en un contexto de crímenes contra la humanidad y
conexo al delito contra Altos Organisos de la Nación, lo que
justificaba la competencia de la Audiencia Nacional.
Así, ha ha recalcado que en ningún momento sorteó la Ley de
Amnistía, como estableció la mayoría de la Sala de lo Penal de la
Audiencia Nacional, porque los "efectos" de este tipo de delitos
permanecen en el tiempo". "Los crímenes de la naturaleza que se
denunciaron no pueden tener carácter político de ningún tipo, son
crímenes contra la humanidad", ha defendido.
"Me correspondió un asunto en reparto automático y a partir de
ahí hice lo que creí que tenía que hacer acomodándome a las normas
legales en vigor y a las internacionales", ha señalado antes de recordar
que en las causas sobre las dictaduras argentina y chilena la Fiscalía
presentó "recursos durísimos" y luego "cambió de oposición y mantuvo la
acusación".
En este contexto, ha señalado que antes de aceptar la
investigación y en una fase de diligencias a prevención solicitó a
varias instituciones un censo oficial de desaparecidos, aunque sólo el
ministro de Justicia y exalcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, le
facilitó los datos que había reclamado.
"Un organismo me mandaba a otro. Ningún organismo contribuyó,
sólo el alcalde de Madrid", ha señalado Garzón al explicar que tuvo que
dirigirse "en cadena" a los Ministerios de Interior y Defensa, a la
Conferencia Episcopal y a los Archivos Histórico Nacional, de la Guerra
Civil y General de la Administración para llegar la conclusión de que
"no había ningún dato de censo" sobre desaparecidos.
Garzón, que ha añadido después que los Gobiernos de Andalucía,
País Vasco y Cataluña también le suministraron los datos que
necesitaba, ha explicado que precisaba de estos listados para dirimir si
era competente para asumir la causa. Lo hizo el 16 de octubre de 2008
tras haber recibido de las Asociaciones de Memoria Histórica un listado
global en el que referían la existencia de 114.000 casos de
"desaparecidas sin vinculación con la confrontación de la Guerra Civil,
durante, al margen y después de la misma".
Tras ello, solicitó a la Policía Judicial que desarrollara
"una investigación" para poder acreditar que los principales
responsables del Alzamiento Nacional y de Falange, a los que se
atribuían las desapariciones, estaban muertos. Según ha explicado, esa
constatación hizo "decaer la competencia por el delito contra Altos
Organismos de la Nación", por lo que el 16 de diciembre de 2008 acordó
ceder la competencia a los juzgados territoriales".
En este punto, ha recordado que unos juzgados "dejaron en
suspenso la tramitación, otros la aceptaron y al menos dos, los de
Granada y San Lorenzo de El Escorial (Madrid), plantearon cuestión de
competencia" que elevó al Tribunal Supremo".
Garzón, que también ha defendido durante su intervención el
derecho a la "verdad, la justicia y la reparación" de todas las
víctimas, ha rechazado que esta causa sea similar a las querellas que le
presentaron en su juzgado por los asesinatos que tuvieron lugar en
Paracuellos del Jarama (Madrid) durante la Guerra Civil.
Según ha explicado, no estimó la competencia porque "no había
nada en ese caso que adujera o se refiriera a delitos contra Altos
Organismos de la Nación". En todo caso, la investigación correspondía,
según ha defendido, "al juzgado donde se habían producido los hechos".
"Se puede compartir o no, pero está perfectamente razonado y explicado",
ha recalcado.
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