Los eventos cardiovasculares están estrechamente relacionados con las enfermedades sistémicas autoinmunes. De hecho, “se estima que son la primera causa de muerte en pacientes con artritis reumatoide y, junto con las infecciones, en afectados con lupus. Aunque también suponen un riesgo importante en otras enfermedades como artropatía psoriásica y espondilitis anquilosante”, según ha explicado el Dr. Jaime Calvo, de la Sección de Reumatología del Hospital General de Sierrallana (Torrelavega, Cantabria), con motivo de la celebración del III Simposio de Enfermedades Sistémicas Autoinmunes de la Sociedad Española de Reumatología (SER), que se acaba de celebrar en Las Palmas de Gran Canaria.
En concreto, más de un tercio de los pacientes con lupus sufre factores de riesgo cardiovascular en el momento del diagnóstico y estos se van acumulando a lo largo de la enfermedad. “Teniendo en cuenta que se trata de una población joven –entre 30 y 40 años de media- se puede afirmar que la incidencia de estos factores de riesgo es realmente alta, con el peligro que supone para los afectados”, ha advertido el experto.
Las causas de los factores de riesgo cardiovascular son diversas y pueden variar según la enfermedad de que se trate, aunque algunas no están aclaradas. A juicio del Dr. Calvo, “está claro que el proceso inflamatorio subyacente influye y puede producir alteraciones en el perfil lipídico de los pacientes. Además, factores como la inmovilización relativa de estos afectados o diversos tratamientos pueden también tener un papel relevante”.
-Una detección más temprana
Respecto a la prevención, el Dr. Calvo ha señalado que “por un lado, hay que aplicar las mismas normas que se utilizarían en la población general (hacer ejercicio físico, vigilar el peso, mantener una dieta equilibrada, evitar hábitos tóxicos, controlar la tensión arterial y los niveles de colesterol, etcétera). Por otro lado, hay que hacer un mayor énfasis en el control del proceso inflamatorio subyacente, no sólo por las consecuencias clínicas que pueda conllevar, sino porque puede mejorar el riesgo cardiovascular”.
En su opinión, “en ocasiones, la focalización de la atención en la enfermedad autoinmune puede hacer que el clínico se olvide de la evaluación de este tipo de factores de riesgo cardiovascular y se retrase su detección. Sin embargo, la demostración de la fuerte implicación entre estas patologías y ateroesclerosis está haciendo que esta situación sea cada vez más infrecuente”.
-Novedades terapéuticas en el manejo de la enfermedad
El manejo global de las enfermedades sistémicas autoinmunes, concretamente del lupus eritematoso sistémico (LES), ha cambiado notablemente debido a la introducción de nuevos inmunosupresores, así como por la variación de los protocolos establecidos y por la introducción de las terapias biológicas. “Lógicamente –ha añadido el Dr. Calvo- todo esto ha impactado en beneficio de los pacientes y, por tanto, se controlan mejor las consecuencias y el riesgo cardiovascular en estas patologías”.
“Adicionalmente también existe una mayor concienciación para el uso en estos pacientes de tratamientos estándar para determinadas comorbilidades como la hipercolesterolemia o la hipertensión arterial, fijándose unos objetivos terapéuticos incluso más estrictos de los que se usan en la población general”, ha precisado durante el encuentro que ha reunido a cerca de 400 especialistas.
En el futuro, los importantes avances terapéuticos que se están produciendo en este campo junto a la cada vez mayor atención de las complicaciones de tipo cardiovascular va a propiciar con toda seguridad una mejora en la supervivencia y calidad de vida de estos pacientes, ha concluido el Dr. Calvo.
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