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Un enemigo del pueblo

Banqueros, ministros y presidentes están congelados en esa imagen que relata el fin de la inocencia poscrisis
Jesús Moreno Abad
miércoles, 29 de febrero de 2012, 12:29 h (CET)


Un enemigo del pueblo



Hay llantos que resumen una era. Sólo basta con mirar el terror de esa chica para comprender que quien se le acerca no está allí para protegerla y ponerle en el hombro esa mano izquierda que reblandece los dedos como si fueran ojos que se entornan con afable ternura, engatusadores como una serpiente del Edén (¿acaso ella se llama Eva?). Todo el cuerpo de la joven se estremece ante el fin de la edad de la inocencia, presintiendo el fino crujido de los ligamentos del brazo derecho que acaban de agarrar con fuerza el palo que pondrá fin en unos instantes a la teatralidad de la otra extremidad superior.

Podemos imaginar la escena. La joven que salió a la calle para protestar por los recortes educativos en Valencia, retrocede ante el paso decidido del monopolio de la violencia. Es una danza depredadora. La gacela da un paso a un lado buscando una salida y el tigre le adivina el intento; luego mueve torpemente la cadera al lado contrario y el tigre le gana otro pasito. De pronto la sabana termina en una pared de Valencia. Entonces se puede oler la vibración del miedo de quien va a ser devorado y dan ganas de abrirle la puerta de atrás de la fotografía para que escape de allí.

Pero no, la escena se congela ahí, cuando las lágrimas de la joven presa se amontonan en los ojos, como si quisieran fugarse de ese cuerpo que ya es una ratonera de la democracia. Es cuando la síntesis del momento nos aplasta como una apisonadora. Porque el tigre deja de ser un tigre y se convierte en un policía uniformado. Y si acercamos más la cara, podemos ver a un ministro blandiendo una nueva reforma laboral que barre los derechos de los trabajadores. Y fijándose bien aparece otro recortando las pensiones. Y un consejero autonómico cerrando quirófanos. Y el presidente del Gobierno recortando unos nuevos presupuestos. Y también se ve al presidente del Banco Central Europeo diciendo que el modelo social de Europa ha acabado. Y se ve a un banquero desahuciando a una familia. Y a un directivo de la CEOE cobrando bonus mientras prepara un ERE. Observando muy bien la fotografía vemos lo mismo que veía la chica en ese momento. Al Estado poscrisis, porra en mano. A un enemigo del pueblo.

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