Los
alumnos abandonan las aulas debido al lamentable estado que padecen sus
instalaciones. De esta forma, podría arrancar un relato irreal, basado
en conjeturas inexistentes, donde miles de niños se vieran abocados a no
poder recibir un servicio tan necesario, como es la educación, porque
el recinto escolar sufriera una situación de insalubridad.
Sin
embargo, la realidad puede superar incluso a la propia ficción. En
Jerez, ciudad andaluza que registra una población superior a los 212.000
habitantes, diez colegios se han visto en la obligación de cerrar sus
instalaciones temporalmente debido a las alarmantes condiciones de
insalubridad que padecen.
En
total, 3.750 alumnos sin clase. Hasta nuevo aviso. Miles de niños que
no podrán acudir a las aulas y deberán quedarse en sus casas. Los
escolares son los principales afectados por esta realidad, pero no son
los únicos.
Los
padres que se encuentran en activo deberán buscar una solución
inmediata para designar una persona que se haga cargo de sus hijos
durante el tiempo en el que se encuentran ausentes del hogar por motivos
laborales. Algunos padres se encuentran en una situación límite.
Una
de las madres sostenía, a las puertas de una de las escuelas afectadas,
que “los profesores de infantil limpiando las mesas con alcohol porque
los niños se quedaban pegados. Que el jueves vomitó un niño de infantil y
el viernes, por el olor que había, tuvieron que sacar a los críos de
clase y repartirlos por el colegio. Por lo menos que aparezca alguien
por los centros. Que les están quitando la educación”, remachaban
enérgicamente.
El
detonante del conflicto ha sido la huelga que efectúa el servicio
municipal de limpieza desde hace siete días. El enfrentamiento dura ya
una semana y afecta a más de 14.000 niños de entre 3 y 11 años. Esta es
la cuarta huelga de fregonas desde el arranque del curso en septiembre,
pero hasta ahora la basura en el aulario no había obligado a suspender
las clases.
La
ciudad padece unos servicios públicos deficientes y paros casi
permanentes durante los últimos 10 meses. La deuda del consistorio
municipal asciende hasta los 1.000 millones de euros, lo que parece
justificar, las alteraciones en las actividades laborales contratadas
por el ayuntamiento.
Los
servicios de limpieza no son los únicos “indignados”. Los autobuses
urbanos persisten con una huelga que corre por su octavo mes, sin
servicios mínimos desde hace un mes por falta de dinero para comprar
gasoil; paralización intermitente del servicio de ayuda a domicilio;
impago de nóminas a la plantilla municipal y apagón de 9.000 puntos de
luz por un agujero en la caja que no permite ni reponer bombillas.
Observando la realidad que sufren los ciudadanos de Jerez, el 29-m la huelga general se vivirá como “un día más”.
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