El hombre proviene del mono. Este jueves me ha quedado más claro que nunca. Del mono porque durante la jornada de huelga general ha primado en muchos casos, en la mayoría, la cabezonería y la sinrazón de los animales más primitivos. Seguidores o no del parón laboral de este jueves a muchos les ha movido la falta de sentido común a la hora de planificar su día.
Por un lado se encuentran los empresarios que, más respaldados que nunca por el actual Gobierno popular de Mariano Rajoy, sugerían, por decirlo de una forma fina y sutil a sus trabajadores que acudiesen al trabajo en el día de hoy, y a ver quién era el guapo que decía que hacía huelga con un contrato de seis meses por renovar a la vuelta de la esquina o un eventual por horas. “Hazlo, ve a la huelga, y cuando se te acabe el contrato, no vuelves a pisar por aquí”, pensaban por dentro estos empresarios.
En el lado opuesto, los piquetes ‘informativos’ que obligaban a secundar el paro . Me río yo de la información que han ofrecido a los humildes trabadores. Precinto de locales, silicona en las cerraduras e insulto a quienes acudían religiosamente a su trabajo, es de todo menos información, créanme.
Y con esto no pretendo justificar a quien ha ido o no a la huelga. Hay que ponerse en la piel del otro. Por ejemplo, de entre los trabajadores que han hecho de hoy una jornada laboral como cualquier otra hay que mirar más allá y ver que tienen detrás. Se calcula que el parón supone una pérdida en nómina de unos 150 euros aproximadamente. Con este dato, a buen seguro, muchos no se podían permitir acudir a la huelga aunque quisiesen.
Y mientras tanto, la ministra de Trabajo, que como dicen muchos, nunca trabaja, parecía que este jueves padecía amnesia temporal selectiva, o lo que es lo mismo, se acordaba sólo de lo que le salía de ahí. Entre otros datos, ha recalcado que el consumo eléctrico, dato claramente significativo de cualquier parón, ha descendido mucho menos que en la anterior huelga general con Zapatero como presidente (14,89%). Lo curioso, es que se le pasó, que en la anterior huelga, en la era Aznar, el consumo descendió hasta más del 23%. Eso sí que fue una huelga mayoritaria. Pero claro, ya saben, la amnesia selectiva… pobre ministra.
Pero como todo, tiene un lado malo, y hay quienes se apuntan a un bombardeo con tal de montar jaleo echando por tierra cualquier protesta justificada. Para manifestarse no hace falta más palabra que la voz y nuestra presencia, no hace falta la quema descontrolada de contenedores, el destrozo del mobiliario púbico o increpar a cualquiera que pasase por allí en el momento más inoportuno. Eso no es manifestarse, eso es hacer vandalismo callejero. A ver donde tiro yo ahora la basura.
El derecho a huelga se nos ha vendido y se nos vende como libre y voluntario pero en días como el de este jueves, te das cuenta de que no. Lo que impera es la razón de: soy empresario y te obligo a trabajar o soy piquete informativo, y aunque quieras, te ‘obligo’ a no trabajar.
Rajoy, los trabajadores ya han dado el primer paso mostrando su opinión del actual sistema de Gobierno. Ahora te toca a ti. Mira a tu escritorio, guarda las tijeras en el primer cajón, y no lo vuelvas a abrir, a no ser que sea para recortarte la barba.
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