MEZCLANDO RIESGO SOBERANO Y RIESGO BANCARIO
El rescate de Bankia es un arma de doble filo ya que al mismo tiempo
que se asegura la posición de una entidad sistémica se está aceptando
que otras entidades necesitarán capital, ya que las cifras y escenarios
utilizados en el saneamiento de Bankia plantean la duda sobre la
existencia de pérdidas no reconocidas en otros bancos españoles y
parece difícil que España tenga capacidad para aportarlo sin ayuda
exterior o sin comprometer la propia solvencia del Estado. Una
alternativa a la petición de fomdos europeos por la que parece además
que el Gobierno se decantaría, sería una solución a la irlandesa,
utilizando deuda del Estado, en lugar de pagar el rescate en efectivo
(suscribirá las nuevas acciones de BFA entregando a cambio títulos de
deuda emitidos por el Tesoro o por el propio FROB). BFA se encontrará
en su activo con miles de millones de nuevos títulos de deuda pública,
los cuales para convertirlos en liquidez puede usarlos como garantía en
operaciones interbancarias, directamente acudir con ellos al Banco
Central Europeo para lograr efectivo o, en el peor de los casos,
venderlos en el mercado. Con ello se evita aumentar el déficit publico
paro no así el monto de deuda respecto del PIB. Este aumento de la
deuda por la puerta de atrás puede provocar recelos en los inversores,
penalizar la deuda en circulación y dificultar la financiación del
Tesoro, es decir presionar al alza la prima de riesgo que dejamos en 493
pb., con atención en la probable superación de los 500 pb. No creemos
que tampoco se beneficioso el mezclar el riesgo soberano, con el riesgo
bancario ya que puede generar efecto bola de nieve en la desconfianza
inversora.
Y SIN EMBARGO EL MERCADO NO SE POSICIONA CLARAMENTE CONTRA ESPAÑA
De hecho, resulta interesante que a pesar de la posibilidad de la salida
de Grecia del Euro, los incumplimientos españoles en materia de
déficit y la evidente necesidad de una cifra que desborda todas las
previsiones para sanear el sistema financiero español, el mercado no se
ha posicionado claramente en contra de España. La situación actual
justifica un bono en el 7% propia de un rating BBB+ y una prima de
riesgo en 600 puntos básicos, abriendo la puerta a la intervención, y
sin embargo la rentabilidad del bono a 10 años se mantiene en el
entorno del 6%. Todo ello nos lleva a pensar que el mercado descuenta
una intervención en forma de inyección de liquidez que se está
posponiendo hasta conocer la verdadera naturaleza y alcance del agujero
español. La relativamente tranquila respuesta del mercado parece
indicar por lo tanto que, aunque la Cumbre Europea no despejó las dudas
acerca de las soluciones que ha de tomar la Eurozona para solventar la
crisis de deuda y financiera que atañe a parte de sus miembros, se
sigue confiando en el papel del BCE para encabezar la adopción de
medidas.
DILUCIÓN DE LOS ACCIONISTAS DE BANKIA
De acuerdo al anuncio el viernes de que se llevará a cabo una
ampliación de capital de 19.000 millones de euros que serán suscritos
por el Estado, aunque no se han facilitado detalles, si se aplica a la
cotización actual un descuento del 30%, en línea con otras recientes
ampliaciones en Europa, podemos esperar que se inunde de papel el
mercado, al multiplicarse por seis el número de aciones en
circulación, lo que significa claramente un rango de cotización por
debajo del euro. El accionista en definitiva asume el coste y el
contribuyente asume el riesgo, en un modelo que permitirá a Bankia
pasar de unas pérdidas próximas a los 500 millones de euros este año,
a un beneficio cercano a los 1.400 millones de euros en 2013. El
cálculo de dilución se ha realizado con un escenario de cotización
estable, pero si la acción continua su tendencia bajista, lo que es
altamente probable, los cálculos arrojan incluso un aumento del número
de acciones en nueve veces y una cotización inferior a 0,5
euros/acción, caso en el que con la ampliación de capital BFA pasaría
a controlar el 90% de Bankia.
¿SERÁ POPULAR EL PRÓXIMO EN CAER?
Para finalizar un apunte. Aunque Bankia es probablemente un caso único
en el sector bancario español, el escenario y previsiones tenidos en
cuenta para su recapitalización marcan un adelanto de la presión que
espera al resto de los bancos españoles. Aplicando el mismo nivel de
cobertura al resto del sistema necesitaríamos 60.000 millones de euros
adicionales en provisiones, siendo Banco Popular en que más sufriría
en este escenario y colocándole incluso en una posición realmente
difícil que podría desembocar en la necesidad de una importante
recapitalización con fondos públicos.
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