Sí, me confieso pro-americano y les defiendo por una cosa: inventaron el cine y me encanta. Sí, puede que me gusten las películas francesas pero tenemos que reconocer que, como el cine americano, nada. Tienen Titanic y Jurassic Park y paremos de contar. Este invento del cine parece baladí pero tiene gran importancia (es personal, claro está) en la formación del llamado espíritu americano: el espectáculo.
Recuerdo cuando Michael Jordan tenía fiebre, se tuvo que retirar al banquillo y el público se llevó las manos a la cabeza. ¿Qué pasará ahora? El 21 regresó en p`lan héore, con los focos encima… metió una salvajada de puntos e hizo una de las segundas mejores partes que jamás recuerdo (y soy de los Lakers). Eso es América.
Ahora vivimos una situación un poco similar pero cambiada. El señor Trump se ha echado a la espalda al mundo del deporte con Lebron James a la cabeza. Ya le había pasado con Meryl Streep y ahora Greg Popovich llega a exclamar que ‘somos una vergüenza para el mundo’. Me atrevo a discrepar con el entrenador de los Spurs porque creo que una nación en la que se permite hablar abiertamente de un presidente así… merece mi respeto y me parece que han llegado a un alto grado de democracia. Sí, hay incidentes y no siempre el asunto de los partidarios del viejo Sur está bien visto pero… hay que escucharlo porque toda opinión debe ser válida por muy surrealista que nos pueda parecer.
América está hecha de contrastes porque, por poca Historia que sepan algunos de sus presidentes rubios, se construyó a base de inmigrantes europeos y lo de la crisis de la patata fue importante. Llegaron de todos lados y de todos los colores lo los quakers, por muy autóctonos que fuesen, también fueron inmigrantes en su día. En la época del cine (que me encanta por si no se nota), se llevaron a los talentos europeos (Wilder, Zinemann y un largo etcétera) para hacer de esa industria su arma más poderosa (bueno, casi, las tenían más poderosas). De ahí surgió la expansión ideológica americana y en todo el mundo veíamos sus películas y, seamos sinceros, nos encantaban. No, América no era un paraíso ni antes con el cine ni ahora con Twitter, pero siempre (y ahora más), defiendo esa pluralidad de opiniones y el poder opinar libremente sin miedo… eso también es América.
No, lo siento, pero no pienso hablar de Cataluña.
Inventaron internet, nada menos. Los móviles nos vienen también de allí. ¿Imperialismo? Tineen sus cosas, sí, pero entre el cine e internet tenemos que empezar a pensarnos el novel de talento (desmedido) de sus universidades desde las que escupen genios cada día. Sï, puede que haya que pagar una millonada si no tienes 170 de CI, es cierto… pero también tienen un sistema de becas en el que, si vales, puedes. La sanidad… no es la mejor del mundo, no –y no voy a decir nada de lo que hace o hacía o hizo Trump-…. Sí, se añora a Kennedy en parte y sabemos que lo de Irak no estuvo bien y confundir una granja de pollos con una de bombas nucleares… no.
Soy pro-americano porque esa pluralidad de la que hablo se hace evidente en sus medios (no subvencionados públicamente, dato importante). El señor Trump se enfada con el Times y el Washington Post, sí… pero siguen opinando y destapando asuntos, continúa el sistema democrático, continúa la libre opinión y, eso, precisamente eso, es lo que siempre defenderé de ese país al que todo el mundo parece odiar (y no defiendo a su actual presidente).
Me gusta la pluralidad, aunque a veces no esté de acuerdo con lo que opinan algunos pero, ¿saben qué? No todos están de acuerdo con la mía pero me gusta sentirme parte de un sistema en el que pueda expresarla, y ese es el principio de la democracia.
Sé que no todos estarán de acuerdo con mi lado yanqui, pero ahí está. Pásenlo bien.
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