Hace ya más de una semana que fui al estreno de ‘Prometheus’ en Estados Unidos. Esta película ha sido considerada junto con ‘Batman: The dark knight rises’ (que se estrenará en 20 de Julio) y ‘The Avengers’, las películas más esperadas de este año por el gran público. He de admitir que acudí al cine con cierto recelo. Ridley Scott es capaz de lo mejor y de lo peor, capaz de desacreditar a sus guionistas y mostrar cierta dejadez en los rodajes, pero sacando un producto curioso adelante. No obstante, tenía todavía bastante fresca la decepción que me supuso ‘The Avengers’, que incomprensiblemente ha recibido una nota altísima en IMDb, así que me lo tomé con cautela.
‘Prometheus’ no debe de ser entendida como una precuela de ’Alien’ al uso. De no ser así, nos daríamos cuenta de que la historia hace aguas en ciertos puntos. Lo que nos cuenta esta película es la búsqueda, por parte de una expedición espacial, del origen de la humanidad. El descubrimiento de unos hallazgos en el planeta tierra a finales de este siglo, hace posible localizar en el universo un planeta donde, supuestamente, podrían provenir los ‘padres fundadores’ de la vida en la tierra. Con un planteamiento similar a ‘Galactica’, nos sumergimos en una historia de gran profundidad donde queda patente lo que el hombre es capaz de hacer para justificar sus objetivos. En este sentido, la película funciona como un reloj. Con un inicio un poco flojo donde Scott se le va la mano con las nuevas tecnologías (recordemos que una parte muy descriptiva de Alien del propio Scott y de James Cameron es el comienzo, con la nave vacía, donde la cámara se mueve como un ente silencioso mostrándonos detalles que nos avanzan el tipo de película que vamos a ver), abusa de la tecnología digital y se olvida que, en su anterior película, los androides también soñaban con ovejas mecánicas en vez de pasear por la nave, donde las primeras imágenes no son concluyentes de cara al planteamiento final y donde, por otro lado, crea más preguntas que respuestas. Y esto último es bueno.
No obstante, Scott decide mantener una estructura similar al resto de las películas de la saga, poniéndole más ritmo que en su primera tentativa y haciéndolo de manera muy efectiva. No obstante, no se parece a ninguna de sus predecesoras. Aquí, el ‘bicho’ no es el centro de atención. Precisamente, es el propio ‘hombre’ el que desencadena una serie de desastres que originan su extinción. Y será, el propio ser humano quien tendrá que luchar por la supervivencia de su especie, en un campo ajeno, para enmendar sus errores. En esa línea ‘Prometheus’ es, sin lugar a dudas, una gran película. Además, en mi humilde opinión, tiene una de las escenas más intensas del cine de ciencia ficción y terror de los últimos años, en la que pese a la belleza de la puesta en escena, uno no puede dejar de entornar la mirada por la crudeza de la misma. Y, esta vez sí, no funciona como simple ornamento (como si lo hace Charlize), sino que tiene repercusión y trascendencia sobre lo que está por venir. Estas decisiones definen a los buenos guionistas.
Curiosamente, la película llega a las carteleras (en agosto en España) en un año importante de cara a los orígenes fundacionales de la vida en nuestro planeta. Basta con hacer un poco de memoria para recordar alguna de las profecías del 2012 donde, se supone, muchas de nuestras preguntas serán respondidas. Realidad o ficción, lo que está claro es que no es una mera coincidencia. En definitiva, ’Prometheus’ es una buena película no apta para todos los espectadores. Los fans de la saga ’Alien’ no saldrán satisfechos del todo, pero para el público en general será una gran experiencia.
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