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Y España fue intervenida | |||
No importa qué digan hoy los medios: ya se ha decretado la intervención de España (como colonia europea) | |||
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El BCE ya decretó la intervención de España, y hasta se conocen las primeras cifras que, desde luego, no serán las últimas porque como todo el mundo sabe en España mienten los políticos más que hablan y deben haber algunos agujeros por ahí, tanto en las cifras del Estado como en las nunca bienhalladas autonomías (nacidas para el mangui y en el mangui desarrolladas) de decenas si es que no centenas de miles de millones de euros. Bancos y cajas aparte, claro. De momento, se maneja una cifra que abarca los límites de entre cuatrocientos y seiscientos mil millones de euros. Una buena noticia para algunos, obviamente, especialmente para este infame gobierno y oposición que han estado clamando por la disolución de España; pero pésima noticia para quienes queremos a nuestro país y amamos nuestra soberanía, porque ello supone de facto la desaparición de nuestro país y su entrega sin condiciones a los golfos más golfos del planeta. No faltan correos o anotaciones en los que algunos lectores –para los cuales no escribo y a los cuales no me dirijo- en que me tildan de radical, y lo soy, sin duda, para defender lo que considero mío: mi país y mis gentes, ciudadanos como yo que hoy están en una grave situación económica, sin trabajo, sin expectativas y con todo su futuro en manos de seres tan repugnantes que la vida para ellos es un lujo concedido por la magnificencia divina. Seré radical –como creo que se debe ser-, pero ahí tienen en mi web todos los artículos publicados desde 2006 (completamente gratis), y vean que no me he equivocado ni en una. Es más, aquello mismo por lo que no pocos me acusaron de radical o de pesimista, ha terminado por convertirse en realidad. Vean las fechas de publicación, y pásmense, porque en ello, insisto, no hay nada de adivinación, sino de simple proyectiva. Dije en 2006 que se venía un crisis como ésta, y llegó en el 2008; dije que esta crisis era artificial, y ya sólo los tardos mentales la consideran un efecto especulativo; y dije que el objeto de la misma era la reconfiguración de los países para que fueran propiedad de unos golfantes muy iluminados, además de la recaudación de fondos a lo bestia para sobrevivir a la catástrofe planetaria que está en ciernes, sufragando con ello las construcciones ciclópeas con que han agujereado el planeta, y ya ven que no me desviado ni un milímetro. Hoy, por suerte, ya son muchos los que me toman por referencia, y son mis teorías, precisamente (repito, fíjense en las fechas de edición de los artículos y aún de las novelas en las que trato estos asuntos y saquen sus propias consecuencias), las que alimentas miles de páginas en la Red, usen o no mi nombre. En fin, el caso es que España va a ser intervenida. Esto estaba en el guión, y así se está ejecutando por los triangulares. Sin embargo, debido a esa misma radicalidad que me caracteriza –un don divino, al fin al cabo- considero que no está dicha, ni con mucho, la última palabra. Esta situación puede y debe ser revertida, y nos sobra talento y capacidad para ello. Después de todo ha sido España la que ha en buena media ha configurado la Historia del devenir humano en nuestro ámbito, y lo hemos hecho le pesara a quien le pesara. Además, España no precisa una kk de Europa, aunque Europa no puede existir sin España. Son los vendidos de la política y sus logias los que han tratado siempre de desmerecernos ante nosotros mismos, procurando siempre atarnos de manos para que no pudiéramos manifestar nuestra rebeldía ante sus acciones delirantes. Lean la novela “Sangre Azul (El Club)” y entérense de qué va la cosa. También en gratis en mi web. Y si no tienen bastante con esto, lean también “Lemniscata” para que sepan de qué va la cosa del terrorismo, y aún “Tetragrammaton” para que sepan adonde van todos esos billones de euros que han desparecido del mercado por arte de birlibirloque. Sin embargo, como es habitual en mí, nunca descuello lo feo o aberrante sin aportar la nota constructiva, de modo que aquí tienen mi decálogo para resolver esto. Y no, no importa que sea el día del Fin del Mundo; a pesar de ello, aunque no quede mucho, precisamente ahora más que nunca es cuando hay que plantarse y mostrar nuestra condición más genuina. 1. Salir inmediatamente, hoy mejor que mañana, de Europa y el euro. Y de ser posible, sacudiendo la zapatilla mientras se pronuncia un firme “de Europa, ni el polvo”, a la vez que se suprime ipso facto el artículo 135 de la Constitución y se persigue por felonía a quienes lo legislaron. Por favor, que alguien diga un solo beneficio de estar en esa cuadra, uno solo. Únicamente la pertenencia a esa escudería nos ha producido daños enormes, desempleo, pérdida de derechos y miseria generalizada. 2. Iniciar un proceso urgente y radical de depuración política y económica. No se puede aspirar a ninguna clase de higiene sin limpiar antes bien la propia casa. Todos y cada uno de los banqueros y los políticos deben ser enjuiciados por sus acciones, bien como promotores de la ruina de España o bien como cómplices necesarios para que ésta se verificara, pues que todos los grupos políticos han pasado directa o indirectamente por el poder y todos los banqueros, con o sin preferentes, han propiciado el actual latrocinio generalizado. Que no quede un delito sin castigo. No hay inocentes entre ellos, y todos ellos deberían responder penalmente con sus libertades y la totalidad de sus patrimonios. 3. Penalizar las salidas de capitales a paraísos fiscales, promoviendo la nacionalización de todos esos fondos y castigando con severidad a los evasores. 4. Justificación real por parte de todos los ciudadanos de que sus patrimonios y propiedades han sido obtenidos lícitamente, correspondiéndose con sus ingresos declarados. 5. Cerrar la bolsa. La única economía aceptable es la productiva, la que redunda en beneficio de los propios españoles. España, en fin, para los españoles. 6. Crear un Ministerio de asuntos Latinoamericanos. España es una potencia en Latinoamérica, hoy en decadencia por esta infausta parasitosis política que padecemos, quienes han entregado nuestro ámbito natural a nuestros enemigos; pero ese es nuestro camino natural. Por cada 5% de crecimiento en exportaciones, un millón de personas hoy en el desempleo, tendrían trabajo y dignidad. 7. Libre circulación de personas y mercancías entre España y Latinoamérica. Éste, no me canso de repetirlo, es el futuro posible, el único, al menos mientras haya algún futuro. El error continuo de España de despreciar a Latinoamérica debe terminar de una vez y para siempre. 8. Desarrollar un Ejército potente e innovador. Inventamos el Ejército tal y como hoy se concibe en todo el mundo, y debemos reinventarlo. Cuando lo tuvimos, fuimos respetados a nivel mundial, y volveremos a serlo si nos rearmamos con originalidad. ¿Por qué demonios unos pueden tener armas nucleares y otros no?... Eso es lo mismo que admitir nuestra condición de esclavos. 9. Reindustrializar España, potenciando preferentemente la autarquía, o, en su defecto, dependiendo preferentemente de nuestros hermanos de Latinoamérica. Quienes desacreditaron la autarquía, son precisamente los comisionistas de que hayamos sido desindustrializados. El carbón, por ejemplo, es más barato en Polonia o Rusia, pero sin contar el costo que nos supone cerrar nuestras minas y robarles la dignidad a nuestros mineros; considerando estos daños, el precio, cuando menos, es el triple, y sólo en los aspectos económicos. 10. Motivar a los españoles, a cada uno, como guardianes de España y su integridad, con todas y cada una de sus consecuencias. He aquí la causa verdadera de que se implantara en España un ejército profesional –los ciudadanos para ellos pueden ser el enemigo, como dijo ese Jefe de Policía-. Ya se sabe que cuando el pueblo teme al gobierno es porque vivimos en una dictadura (independientemente de cómo se la llame, y eso es lo que tenemos en España), y que cuando el gobierno y los infectos políticos temen al pueblo, estamos en una soberanía popular, y esto es lo que queremos. Un decálogo radical, sin duda, pero imprescindible para salir de esta situación en que los tenebrosos poderes de la oscuridad nos han puesto. España no es un país al que le guste estar arrodillado, y menos ante quien no respeta, y no respetamos a Europa y sus intrigas, ni respetamos a toda esa banda de especuladores que, asociada a la banda política, nos quieren reducir a la nada, apenas convirtiéndonos en carne impositiva, en esclavos tributarios. Ningún español debe ser esclavo, y como manifestación de esa libertad, la nueva era que debiéramos emprender pasaría necesariamente por la condonación de todos los créditos e hipotecas que encadenan la dignidad de los españoles. Un costo terrible, pero necesario. Ya veremos cómo salimos de ello, que seguro que lo hacemos. Los hombres libres somos capaces de verificar verdaderos milagros, si es que creemos sinceramente en lo que hacemos. Por el camino que estamos transitando, desde luego, independiente de lo que está por venir, no sólo perderemos nuestro futuro, sino que también se lo negaremos a nuestros hijos y las sucesivas generaciones futuras. Ahora o nunca. Nos lo han puesto en bandeja. Puedes conocer toda la obra de Ángel Ruiz Cediel: Un autor que no escribe para todos (Sólo para los muy entendidos) |
Empiezas a escribir, y unas líneas después, tras uno de esos espacios blancos y silenciosos, entras como en un pequeño paseo por la imaginación, por la unión con la memoria, por el tránsito de la poesía a la novela pasando por el teatro. ¡Es como una conjunción de estrellas! A veces, al escribir se nos pueden presentar dos dramas: uno, la imposibilidad de parar el tiempo porque escribes más y más, y dos, la imposibilidad alguna vez de decir lo que realmente queremos expresar.
Actualmente, frente al relativismo y el escepticismo parece que cada vez es más necesario, un enfoque o planteamiento universalista de los problemas económicos y sociales. El neoliberalismo individualista no reconoce los Derechos Humanos en su integridad, lo que impide el logro de la justicia social y también la consolidación de políticas solidarias, que apoyen suficientemente a las capas desfavorecidas, de las sociedades de los diversos países.
Sophie Barut transforma el bronce en historias de resiliencia. Esta arquitecta de interiores, escultora y escritora francesa ha convertido su propia experiencia vital en un testimonio sobre el poder transformador de la fragilidad y la belleza que emerge de las circunstancias más adversas.
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