El fenómeno de la resistencia bacteriana a los antimicrobianos (RAM) exige soluciones rápidas y globales tanto a nivel institucional como de los sistemas sanitarios, lo que va a comprometer a la medicina a medio plazo. Así lo han afirmado expertos en Microbiología presentes en la Reunión Anual de la Asociación de Microbiología y Salud (AMYS), que han analizado la problemática de la multirresistencia, desde su situación actual hasta los métodos de detección de microorganismos multirresistentes y diferentes alternativas para luchar contra esa resistencia, como el uso de vacunas.
El objetivo de esta Reunión es, según el presidente de la AMYS, el doctor Ramón Cisterna, llamar la atención de la sociedad y los profesionales sanitarios en que la infección es un mundo cambiante y que la AMYS busca concienciar a todos en la necesidad de cambiar hábitos al respecto.
La principal amenaza de la multirresistencia es la limitación de recursos terapéuticos para combatir determinadas infecciones, lo que podría suponer la falta de tratamientos efectivos frente a estas infecciones. En este sentido, el Jefe del Servicio Microbiologia del Complejo Hospitalario Universitario A Coruña, el doctor Germán Bou, ha recalcado que el fenómeno de la multirresistencia restringe las opciones terapéuticas de los pacientes e impacta económicamente en los sistemas de salud: “Hay que tener claro que la multirresistencia mata personas. Esto no es un problema marginal, al contrario, va en aumento”.
La limitación de los recursos terapéuticos requiere la apuesta por nuevos tratamientos efectivos frente a estas infecciones. La reunión anual de la AMYS ha abordado el impacto de la vacunación como herramienta frente a la resistencia antimicrobiana, en concreto, en la enfermedad neumocócica. Al respecto, el Científico Titular y Responsable de la Unidad de Neumococos del CNM-ISCIII, el Dr. José Enrique Yuste, ha valorado positivamente el impacto de la vacunación en la enfermedad neumocócica invasiva (ENI) en los casos producidos por cepas multirresistentes. “Estos resultados podrían servir de base científica para que se desarrollen futuras vacunas frente a otras bacterias multirresistentes con el fin de lograr una disminución del impacto de la resistencia en otros microorganismos”, ha apuntado el Dr. Yuste. En esta línea también se ha situado el Dr. Bou, quien ha destacado el potencial de la nanotecnología y de las vacunas bacterianas al tiempo que ha precisado que la problemática de la multirresistencia requiere una solución diferente al diseño de nuevos fármacos: “Basar todo el desarrollo tecnológico únicamente en el diseño y síntesis de nuevos antibióticos no es la solución más idónea, aunque ello no quiera decir que no se necesiten nuevos antibióticos en algunas situaciones”.
En la Reunión Anual de la AMYS también se ha analizado las implicaciones del diagnóstico y tratamiento de la resistencia en tuberculosis. La tuberculosis multirresistente a medicamentos supone un riesgo para la Salud Pública, con 600.000 nuevos casos de resistencia al medicamento principal de primera línea, la rifampicina. Según las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 490.000 eran casos de multirresistencia a los fármacos. En este sentido, el Consultor Internacional de tuberculosis multirresistente (TB-MDR) y TB-VIH para la Unión Internacional contra la tuberculosis y enfermedades respiratorias, el doctor Ignacio Monedero, ha señalado que la pérdida de susceptibilidad a la rifampicina prolonga la duración de los tratamientos de seis meses hasta 9,12 o 24 meses. “Además se deben usar medicamentos más tóxicos y, por tanto, con peores parámetros de tolerancia por el paciente”, ha apuntado. Esta prolongación del tratamiento unido al aumento de los efectos adversos ocasionados en el paciente a raíz del empleo de medicamentos más tóxicos eleva el número de abandonos al tratamiento y, con ello, la cifra de muertes por esta enfermedad.
La prevalencia estimada de la tuberculosis multirresistente en España es de 0.44% de los casos iniciales y 7% en los casos tratados previamente. A nivel mundial, las cifras se elevan hasta el 3,9% para los casos iniciales y 21% para aquellos tratados con anterioridad. Hacer frente a estos datos, ha indicado el Dr. Monedero, requiere reforzar las capacidades de los programas nacionales y sistemas de salud y apostar por un enfoque centrado en el paciente, similar a los programas de quimioterapia, salud mental o cuidados paliativos.
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