La inestimable labor de las personas se concibe de forma distinta dependiendo de cómo sea la cultura de nuestra organización. En una cultura de desarrollo no concebiremos a las personas de igual forma que en una cultura de autoridad.
Cuando hablé de las tres culturas de liderazgo más relevantes, definíamos tres modelos posibles: Autoridad, Resultados y Desarrollo. Las empresas cuando no tienen demasiado claro hacia donde ir, acaban haciendo un mix muy peligroso, por eso decimos que la cultura, para ser un elemento transformador de los resultados, tiene que crearse deliberadamente.
Cuando una cultura se crea a propósito, se pueden definir planes, acciones, comportamientos y todos los elementos que están a nuestro alcance y que configurarán la organización que deseamos.
Cuando la cultura se deja aparecer al azar, empiezan a ocurrir todo tipo de problemas. Los departamentos de desarrollo de algunas organizaciones tienen una gran misión que cumplir para lograr una cultura a la altura de las exigencias de los distintos stakeholders.
En el entorno empresarial, la dinámica de grupo es crucial para alcanzar los objetivos organizacionales. Sin embargo, es común que surjan conductas difíciles de manejar dentro de los equipos, lo que puede afectar la productividad y el ambiente de trabajo. Vamos a explorar algunas de las conductas más comunes que los miembros problemáticos pueden mostrar, así como estrategias prácticas para abordarlas y mejorar la dinámica grupal.
El ruido es uno de los problemas más comunes en los hogares modernos, especialmente en zonas urbanas donde el tráfico, las obras y las actividades vecinales pueden perturbar la tranquilidad. Según datos de la OMS, el ruido excesivo afecta la calidad del sueño, aumenta el estrés y puede tener consecuencias negativas para la salud mental. Afortunadamente, existen estrategias prácticas y accesibles que pueden ayudar a reducirlo de manera efectiva.
Ana regenta una pequeña tienda familiar que heredó de sus padres. Durante años, el negocio marchó bien, pero los cambios en las preferencias de los clientes y la creciente competencia online comenzaron a afectar las ventas. En lugar de rendirse, Ana decidió invertir en la formación de su equipo.