Hace nada, tres días, el 27 de Enero de 2018, 95 muertos y muchos más heridos en Kabul. Al día siguiente los muertos ya eran más de cien. Una ambulancia iba conducida por un suicida que la hizo explotar. ¡Que contrasentido!
En Mayo pasado tras los atentados de Manchester (22 muertos) y Egipto (305) decía aquí mismo, que la mayoría de los atentados se justifican por lo que llamé “Verdades Reveladas”. Supongo que el de ahora también.
Sostenía y mantengo respecto a esas Revelaciones que no dudo del que se considera su origen, Alá, Dios, la Virgen, los Santos…, ni pongo en duda su existencia.
Dudo de quien dice haber recibido la revelación, sea de hoy, de hace años o siglos. Se trata de un hombre o de una mujer. Acepto su honestidad, creo que cuenta lo que él CREE que se le ha revelado.
Para mi lo definitivo de todo esto es que el valor de esa verdad, empieza y acaba en ÉL. Y sé, que los humanos somos falibles. Sin excepción. Incluso entre los católicos, el Papa cuando –“habla ex-catedra”-, porqué…¿quién sino otro hombre nos lo ha dicho?
Cuando discutía mi punto de vista con un amigo versado en cuestiones religiosas, este sostuvo que: -“en esta vida había muchas personas de las que se fiaba más que de si mismo”-. Con esto pretendía resolver lo de las “Verdades Reveladas”, en el sentido de que si alguien -“de esos de quienes me fío más que de mi mismo”- dice haber recibido tal revelación yo la he creer. La debo creer.
Reflexionado luego me di cuenta de que esa afirmación siempre es falsa.
Acepto que sobre mi salud creo más en mi médico que en mi. Sobre mi coche más en el mecánico. Sobre mi casa más en el arquitecto. Sobre la cultura más en el profesor. Podría seguir indefinidamente y hacer una lista muy larga.
Al seguir en mi reflexión llegué a más, a que esa afirmación es FALSA sea cual sea mi preparación y sea cual sea la de la persona a la que –“debería creer”-.
De lo dicho, en algo tan normal como la salud, aunque el médico prescriba u ordene yo cumpliré lo que quiera y aunque diga que eso me va a salvar, puedo decidir no aplicármelo o se me puede olvidar.
Lo mismo para TODOS los casos nombrados o que hubiera imaginado, la decisión final es mía, SIEMPRE. Y… no hay nada superior a esa decisión.
Insisto, al final cualquier persona, sea cual sea su nivel de preparación, actúa inevitablemente con este constructo: “YO soy quien decide si voy a creer más en Vd. que en mi mismo”, sea por obediencia o por convencimiento, pero esa decisión es MÍA.
Los psicólogos decimos que con el “cerebro” vivimos, controlamos y analizamos. Realmente “somos nuestro cerebro”. Es muy interesante que ahora se esté estudiando en profundidad, por que es en él donde ocurren nuestros pensamientos. Sabemos que con frecuencia los cerebros normales pueden tener dificultad para distinguir si lo que piensa es lo visto u oído, lo real o, simplemente, lo imaginado, lo soñado.
Me pregunto: ¿Y esto que sabemos ahora, no se sabía antes?
Hacia el año 340 antes de Jesucristo Chuang Tse de China cuenta:
-“Revoloteaba alegremente; era una mariposa muy contenta de serlo. No sabía que era Chuang Tse. De repente despierta. Era Chuang Tse y se asombró de serlo. Ya no le era posible saber si era Chuang Tse que soñaba ser una mariposa, o era una mariposa que soñaba ser Chuang Tse “-
Ya entonces se tenían importantes dudas sobre lo que era verdad.
Pienso: Quizás el conductor suicida creía absolutamente en alguna “Verdad Revelada”, según él, que le hizo actuar así. Perder su vida finita aquí para, según su verdad, GANAR su vida eterna.
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Desde mi, ante los costos, más de cien muertos ahora, estimulo a todos a dudar sobre las “Verdades Reveladas”. No ante la propia conducta o sus propios deseos y pensamientos, pero si para no justificar con ellas ninguna acción que pueda perjudicar a otros de forma no enmendable. Estas dudas ayudan a humanizarnos y a no ver nada que estuviera por encima de las otras personas.
Por todo ello y recordando los muertos de Kabul ahora, la última consecuencia terrible que alguien puede pretender justificar con “Verdades Reveladas” , insisto, como dije entonces que:
-“Prefiero las verdades relevadas oportunamente, a las Verdades Reveladas”-.
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