EEUU afirma que todas las partes del conflicto en Etiopía han saqueado los suministros de ayuda humanitaria

Estados Unidos ha afirmado que "todas las partes enfrentadas" en el conflicto en Etiopía "han estado robando ayuda", tras añadir que tienen pruebas contundentes que demuestran que el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF) "ha estado vaciando los almacenes" en las últimas semanas.

Así lo ha asegurado el director de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en el país africano, Sean Jones, que ha precisado en una entrevista en televisión que los saqueos más recientes a almacenes estadounidenses se han detectado en la región de Amhara, donde también se han saqueado camiones que proporcionaban ayuda.

En la pieza emitida en la televisión estatal, Jones ha afirmado que los miembros del TPLF habían saqueado los campamentos en su avance en esta misma región, no obstante, en la transcripción posteriormente publicada por la Embajada estadounidense en Adís Abeba, el director de la USAID asegura que se trata de un comportamiento, el de los saqueos, que han observado en todas las partes, incluida la gubernamental.

En este sentido, Jones ha indicado que "hace meses, cuando las fuerzas federales alineadas con las fuerzas eritreas estaban en Tigray, se produjeron muchos robos".

Jones ha calificado al TPLF de "oportunista", mientras que, preguntado por el entrevistador sobre un deterioro de la relación entre Adís Abeba y Washington, Jones ha confirmado que existe "algo de tensión" y que Estados Unidos considera que hay algunas decisiones que está adoptando el Gobierno etíope que "podrían no ser lo mejor para Etiopía".

La situación humanitaria en Etiopía ha llevado a Naciones Unidas a alertar sobre la escasez de suministros para la asistencia en la región de Tigray, mientras que en la de Amhara, el PMA comenzará a suministrar alimentos a los nuevos desplazados internos en algunas localidades, complementando la distribución de alimentos por parte de las ONG y el Gobierno.

La ofensiva del Ejército etíope contra el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) arrancó el 4 de noviembre por orden del primer ministro en respuesta a un ataque del TPLF contra una base del Ejército en la capital regional, Mekelle, que se saldó con la muerte de un importante número de militares etíopes.

Tras ello, las fuerzas etíopes, que contaron con el apoyo de tropas eritreas y las fuerzas especiales de Amhara, lograron tomar Mekelle e imponer una autoridad interna, si bien finalmente han terminado cediendo terreno, lo que llevó a Etiopía a anunciar el alto el fuego aduciendo razones humanitarias.