MADRID, 18 (OTR/PRESS) La todavía ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, responsable del sistema de seguimiento de los fenómenos meteorológicos (AEMET) e hidráulicos (flujos de caudales en las distintas cuencas) y el todavía presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, máximo responsable de la protección civil a escala autonómica, se han convertido en los gambitos de la crisis. Los utilizan Sánchez y Feijóo ante el eventual jaque que uno u otro pueden plantear en su particular duelo de machos alfa en lucha por la Moncloa. En otras palabras, chivos expiatorios de la tragedia del 29 de octubre en cada lado de la barricada política. Enfrentamiento a escala autonómica, a escala nacional, y ahora también escala europea, donde el PP bloquea el nombramiento de Ribera como vicepresidenta de la Comisión. De fondo, la pugna consabida entre el que gobierna y el que quiere gobernar. Sobre ese pentagrama entonamos la balada malsonante de una tragedia que retrató las carencias del sistema y, sobre todo, las de quienes están obligados a garantizar su buen funcionamiento. A todos los niveles. Sin olvidar la rendición de cuentas. Sólo hemos oído a los chivos expiatorios. El jueves pasado escuchamos en las Cortes Valencianas a Mazón, que no convenció a nadie y nos dejó con la cabeza caliente y los pies fríos. Este miércoles, 20 de noviembre, escucharemos en el pleno del Congreso a la todavía vicepresidenta y ministra Ribera. Habida cuenta que Mazón cargó contra los suministradores de datos meteorológicos e hidráulicos, dependientes de Teresa Ribera, me temo que el paso de esta por el Congreso ahondará en los contradictorios relatos de Mazón por un lado y la AEMET y la CHJ (Confederación Hidrográfica del Júcar) por otro. Pero es mayor el temor a que esas discrepancias cursen en el marco de la plantilla que he descrito al comienzo de esta columna. A saber: Moncloa apalea a Feijóo en el trasero de Mazón (si no lo destituye ya, adiós al sueño monclovita) y Génova prepara el ataque a la ministra Ribera (este miércoles en el Congreso), como el gambito a derribar antes del jaque a Sánchez. ¿Y Sánchez "pa cuándo"? Del presidente del Gobierno, máximo responsable de la protección civil de los ciudadanos, sólo tenemos las medias palabras sobre lo ocurrido que pronunció en un reciente viaje a la India. Es verdad que el Ejecutivo ha aprobado un importante paquete de ayudas a los afectados y que los ministros de Administración Territorial y de Defensa ya se han explicado en sede parlamentaria, pero Sánchez aun no lo ha hecho. Y no lo hará hasta el próximo miércoles, día 27. O sea, casi un mes después de la tragedia. Me parece injustificable. Un dato más de que la distancia entre gobernantes y gobernados sigue ensanchándose en nuestro país.
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