Rusia ha sufrido la completa destrucción o daños en al menos una cuarta parte de la flota naval de la que disponía en el mar Negro antes de lanzar la invasión sobre Ucrania en febrero de 2022, según una estimación de los servicios de Inteligencia británicos. "Después de mil días de guerra, las capacidades navales de Rusia en el mar Negro se han visto significativamente mermadas por las efectivas operaciones ucranianas", han concluido los expertos, pese a que antes del conflicto la balanza en la zona parecía decantada del lado ruso. Las fuerzas ucranianas, "limitadas a un pequeño número de grandes buques y barcos de defensa costera", siguen aún sin operar con normalidad en el mar Negro, pero han logrado hitos como el hundimiento del navío 'Moskva'. Fruto de esta presión, Rusia ha movido sus principales activos lejos de la base de Sebastopol, en Crimea, para trasladarlos a Novorosisk, en la costa este, reza el informe compartido este miércoles por el Ministerio de Defensa de Reino Unido. Además, las unidades militares rusas "se han visto obligadas a adaptar sus tácticas y a cambiar las zonas en las que operan", si bien la Inteligencia británica ha querido advertir que incluso desde la parte este del mar Negro pueden lanzar ataques a gran distancia y servir de apoyo a las tropas terrestres.
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