MADRID, 20 (OTR/PRESS) Víctor de Aldama, en prisión provisional, ha pedido declarar ante el juez y lo hará este jueves. Si cuenta todo lo que sabe pondrá a más de uno en un aprieto. A más de uno y, además, importante. Y nadie piensa que alguien como Aldama, que ha estado en el ajo de todo lo que hoy constituye los titulares escandalizados de los periódicos, pida declarar sin más, llevado por un afán de esclarecer toda la verdad. Aldama sabe mucho y resultaría increíble que no hubiese hecho un pacto con la Fiscalía: cuento todo (o bastante) lo que sé, y recibo un mejor trato en la petición fiscal y en el tratamiento carcelario. Aldama ya se ha intercambiado anteriormente mensajes con el ex ministro José Luis Abalos, y estos no han sido muy tranquilizadores para quien fuera la 'mano derecha' de Pedro Sánchez. Que, por cierto, tampoco debe andar demasiado tranquilo ante lo que el 'comisionista de las mascarillas' (y de tantas otras cosas, parece) pueda contar en el Juzgado. Lo que puede contar Aldama está relacionado con el 'caso Koldo', en el que actuó directamente como comisionista, y también con el rescate gubernamental de Air Europa, en el que al menos fue testigo. Una cuestión que atañe directamente a Pedro Sánchez e indirectamente a la mujer de este, Begoña Gómez, aliada con Javier Hidalgo, ex dirigente de Globalia y, por tanto, de la aerolínea. Y por cierto, hoy reclamado para testificar ante el Senado. Es decir, el comisionista, que hasta ha visto cómo desconocidos tiroteaban su coche como advertencia ante lo que pueda decir, tiene conocimiento directo de los episodios que más preocupan ahora en La Moncloa: el 'caso Koldo/Abalos' y las actividades de Begoña Gómez. Eso, sin contar con que seguramente dispone también de información sobre algunas actividades de la UCO, la Unidad Central Operativa policial que ha estado en el epicentro de la 'trama Koldo' con algunas actuaciones no bien explicadas en su totalidad. Aldama está en prisión provisional por un presunto fraude de 180 millones de euros con el IVA en una operación de hidrocarburos. La 'trama Koldo' sería, pues, el menor de los problemas del comisionista, que quizá hasta teme por su vida, pero sí es un 'affaire' de enorme envergadura para el principal inquilino de La Moncloa, que ve cómo el círculo se cierra en torno a su mujer con las investigaciones del juez instructor Juan Carlos Peinado, y que continuarán la semana próxima. Así, Sánchez se enfrenta este jueves a no pocos problemas: a la declaración de Aldama se suma la tramitación de la reforma fiscal del Gobierno en el Congreso, para cuya aprobación carece, en los momentos de redactar este comentario, de la suficiente mayoría. Para no hablar ya, desde luego, del lío en el que se ha metido el Gobierno al prometer a algunos de sus aliados una cosa y a otros, la contraria. ¿Seguirá Sánchez flotando sobre todas las aguas? Quizá este jueves podremos afirmar si, en efecto, su alianza con la diosa Fortuna le concede más vidas que a un gato. O si ya, con lo de Aldama por un lado y la insatisfacción de los socios que le han venido apoyando y que se sienten engañados, por otro, ha empezado el declive del político mas imprevisible, más atípico, que jamás haya ejercido el poder en España. Y quizá el comienzo del fin de la Legislatura más agónica que hayamos vivido desde la restauración de la democracia parlamentaria.
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