MADRID, 16 (OTR/PRESS) Comienza el curso político y en el horizonte están los encuentros y desencuentros entre los partidos. Las relaciones del PSOE y Junts parecen transitar en una noria. Tan pronto estan a partir un piñón como parece que van a saltar por los aires. Tranquilos: ambos se necesitan. En cuanto a PSOE y Sumar hay quienes sienten cierto fastidio porque Sánchez y Yolanda Diaz no sean capaces de ventilar sus desacuerdos en privado. Pero también hay quienes no salen de su estupor por lo que comienza a ser algo habitual: que Junts y el PP hayan sido capaces de votar juntos en el Congreso y que lo puedan seguir haciendo. La realidad es que el partido de Carles Puigdemont, coincide en muchos tramos ideológicos con el PP. O lo podemos decir al revés: el PP y Junts ideológicamente no están en las antípodas. De manera que pueden coincidir votando en amor y compañía, en el Congreso, y eso no debería de constituir una sorpresa para nadie. Ambos son dos partidos de derechas, así de simple. Claro que en el caso de Junts además representa a una derecha "nacionalista" insolidaria y arbitraria. Pero aún así Junts y el PP o el PP y Junts coinciden en su filosofía política. El hándicap para que ese entendimiento no vaya a más, no es otro que ese nacionalismo atrabiliario de Junst. Puigdemont y los suyos persiguen la independencia de Cataluña y eso, hoy por hoy, es una línea roja para el PP. Si de algo está seguro el prófugo de Waterloo es que Pedro Sánchez es el único que puede abrir las compuertas para que Cataluña se acerque a esa independencia soñada por Junts y una parte de la población catalana. De ahí que, pese a sus coincidencias con el PP, no van a "desmontar" a Pedro Sánchez del poder aunque no se privarán de humillarle. Nada puede satisfacer más a Carles Puigdemont que poner de rodillas al Presidente del Gobierno de España, porque eso es tanto como poner de rodillas al país entero. De manera que Puigdemont está demostrando que, pese a todos los sinsabores sufridos, aguantar es el primer paso para vencer. Se entiende sin despeinarse con Nuñez Feijóo, y este no le hace ascos, haciendo de la necesidad virtud, en su caso metiendo una cornada al Gobierno cuando le hace perder una votación. Quienes se preguntan qué estará preparando Pedro Sánchez para que las afinidades entre PP y Junts no le causen más problemas de los inevitables, la respuesta no es otra que nuestro Presidente concederá graciosamente a Junts lo que le pidan. Lo disimulara con mas o menos acierto, pero, hoy por hoy, es Puigdemonto quien tiene en las manos al PSOE. En cuanto a Alberto Nuñez Feijóo, tiene por delante ir elaborando un discurso para que el personal "encaje" sus coincidencias parlamentarias con el partido de Puigdemont. El año promete ser tan sorpresivo como interesante por las maniobras que unos y otros tendrán que llevar a cabo para que los votantes contengan su enfado y frustración ante tanto chalaneo. Y, si no, atenerse a las últimas declaraciones del líder de VOX, Santiago Abascal, diciendo que no le haría ascos a votar junto a Junts una moción de censura contra Pedro Sánchez. En realidad nuestros políticos tienen en el frontispicio de sus ideales aquella frase que se atribuye a don Groucho Marx: "Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros".
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