La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha asegurado este lunes que "no ha habido un incremento significativo" en el número de deportaciones a pesar de los últimos vuelos fletados por Estados Unidos este fin de semana y que han ocasionado malestar en los países de la región por la condición de quienes viajaban en ellos. "Esto no es nuevo para México", ha dicho Sheinbaum, quien ha recordado que las repatriaciones han sido una constante a lo largo de la historia entre ambos países. Así, ha destacado que desde el 20 de enero, mismo día de la toma de posesión de Donald Trump, han llegado 4.094 personas, la mayoría de ellas ciudadanos mexicanos. En ese sentido, Sheinbaum ha señalado que existen estructuras y mecanismos para acoger y recibir a los mexicanos que han sido expulsados, pero ha instado a Washington respetar los Derechos Humanos durante el proceso de repatriación. La mandataria mexicana ha puesto en valor el diálogo que su Gobierno mantiene con la Administración de Trump, en particular en materia migratoria, a la que México pedirá que se sumen otros temas. "Tenemos desde hace unos días, el 21 o 22 de enero, a partir de la llamada telefónica que hubo entre el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y el canciller Juan Ramón de la Fuente, tenemos un grupo de trabajo que está trabajando los temas de migración. Esperamos que éste se amplíe a otros temas importantes en la relación con Estados Unidos", ha explicado. También ha habido varias reuniones a distancia entre la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) y el Instituto Nacional de Migración mexicano y la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación también han mantenido contactos. "En estas hay acuerdos o conciliaciones", ha destacado Sheinbaum. Para Sheinbaum, México y Estados Unidos están obligados a tener una buena relación basada en la defensa de la soberanía y demandando respeto a los mexicanos, y "siempre buscando la coordinación, el respeto mutuo y el diálogo entre nuestras naciones". "No es que tengamos una coordinación totalmente definida, pero estamos en diálogo. Eso es muy importante", ha matizado. En el caso de las deportaciones de personas que no sean mexicanas, se está dialogando al respecto y además Estados Unidos también tiene coordinación con otros países, en particular de Centroamérica. Por ejemplo, Guatemala contempla en su Constitución que debe recibir a cualquier ciudadano centroamericano. Sheinbaum ha destacado también el acuerdo alcanzado entre los gobiernos de Estados Unidos y Colombia, pues "no es bueno ni las tarifas ni otros mecanismos" y "debe prevalecer el diálogo y el respeto", pero "siempre con los principios de defensa de la soberanía y de los mexicanos y mexicanas en el exterior".
CRISIS DIPLOMÁTICA CON AMÉRICA LATINA
La agresiva política migratoria de Trump ha provocado en los últimos días una crisis diplomática con varios países de América Latina. El pasado sábado, México se negó a recibir un vuelo procedente de Estados Unidos con 80 de sus ciudadanos deportados. Por su parte, Brasil denunció el uso indiscriminado de esposas y grilletes para trasladar a una parte de los 88 de sus compatriotas expulsados. Sin embargo, ha sido con Colombia con quien la Administración Trump ha protagonizado el mayor enfrentamiento, con amenazas mutuas de imponer aranceles a sus respectivas exportaciones, si bien en apenas unas horas la crisis parece haber quedado resuelta, con la Casa Blanca asegurando que el presidente Gustavo Petro se ha plegado a todas las demandas exigidas desde Washington. Hasta tres vuelos más han llegado a Guatemala en las últimas horas, mientras la Casa Blanca ha destacado en sus comunicados que algunos de los deportados cuentan con antecedentes penales, en la línea de un Trump que ha hecho de relacionar delincuencia con inmigración parte habitual de su campaña política. En respuesta, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) ha convocado para el próximo 30 de enero una reunión de presidentes y jefes de Estado para abordar este asunto, tal y como adelantó la mandataria hondureña, Xiomara Castro, que ejerce la presidencia 'pro tempore' de la organización. No obstante, la presencia en la Celac de aliados de Trump, como los presidentes de Argentina, Javier Milei, o de El Salvador, Nayib Bukele, hacen muy complicado una reacción en bloque sobre esta cuestión.
|