Las autoridades de Japón han solicitado este sábado a Estados Unidos quedar libre de los aranceles comerciales recíprocos anunciados por el presidente del país, Donald Trump, que entrarían en vigor no antes de abril de este año para igualar los impuestos que encaran los productos norteamericanos en los mercados extranjeros. La petición se ha producido en un encuentro bilateral entre el ministro de Exteriores nipón, Takeshi Iwaya, y su homólogo estadounidense, Marco Rubio, celebrado al margen de la Conferencia de Seguridad de Múnich. Iwaya no solo ha solicitado a Rubio la exclusión de los aranceles --que se aplican entre otros al acero y al aluminio--, sino que ha manifestado también su intención de entablar conversaciones en materia de seguridad entre ambos países "en una fecha próxima", ha informado el Ministerio de Exteriores de Japón y así lo ha recogido la japonesa de noticias Kyodo News. En la misma nota, Exteriores ha aseverado que tanto Iwaya como Rubio han acordado que mantendrán una "comunicación estrecha para fortalecer aún más las relaciones económicas entre Japón y Estados Unidos", algo a priori incompatible con las medidas arancelarias de la Administración Trump, contra las que ha "protestado" el titular de japonés de Exteriores. Estas declaraciones llegan después de que Trump ordenara este pasado jueves estudiar la imposición, como pronto en abril, de aranceles recíprocos a los socios comerciales de la primera economía mundial. La propuesta del mandatario republicano pasa por la creación de un sistema personalizado por países que perseguiría redefinir las relaciones comerciales con cada uno de sus socios y en el que no ha lugar a "excepciones", puesto que todas las acciones que se tomen siempre serán "recíprocas". Estas medidas tendrían como objetivo contrarrestar las barreras comerciales de tipo no arancelario, como una legislación excesivamente reguladora, los diferenciales en el IVA, las subvenciones públicas o las políticas cambiarias que perjudiquen las exportaciones estadounidenses. El pasado 1 de febrero, el presidente estadounidense anunció ya aranceles del 10 por ciento sobre los productos de China y también aranceles del 25 por ciento para Canadá y México, aunque en estos dos casos se terminó suspendiendo su aplicación durante un mes tras alcanzar sendos acuerdos para el despliegue de fuerzas de seguridad en la frontera. Ahora, ha afirmado que impondrá nuevos aranceles sobre los automóviles, en medio de un endurecimiento de la política arancelaria, si bien lo detallará a principios del próximo mes de abril. Esta medida es la última en una guerra comercial que crece rápidamente, ya que Trump sigue cumpliendo sus promesas electorales de imponer aranceles a todos, tanto a aliados como a rivales de EEUU. La amenaza contra los automóviles podría afectar a grandes marcas de Japón, Alemania y Corea del Sur. El año pasado, las importaciones representaron alrededor de la mitad del mercado de autos en EEUU. Según datos de Global Data, el 80 por ciento de las ventas de Volkswagen en EEUU son importadas, al igual que el 65 por ciento de las ventas de Hyundai-Kia.
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