El presidente de Angola, Joao Lourenço, ha pedido en calidad de mediador al Gobierno congoleño y a las milicias del Movimiento 23 de Marzo que acepten un alto el fuego a partir de la medianoche del domingo para facilitar una apertura de negociaciones directas que anunció el pasado martes y a la que ambas partes han reaccionado con escepticismo. "El alto el fuego debe abarcar las acciones hostiles contra la población civil y la ocupación de nuevas posiciones en la zona de conflicto", ha señalado la Presidencia angoleña en un comunicado, "con la expectativa de que estas y otras iniciativas conduzcan a la creación de un clima propicio que favorezca el inicio de las conversaciones de paz". El llamamiento de martes fue recibido "con satisfacción" por parte del brazo político de las milicias, la Alianza del Río Congo, quienes no obstante declararon su pesimismo tras denunciar las constantes negativas del presidente congoleño, Félix Tshisekedi, a sentarse a la mesa de negociación, en principio el próximo 18 en la capital, Luanda. Este mismo sábado, el presidente de la cámara alta del Parlamento congoleño, Sama Lukonde, aseguró que el Gobierno "jamás negociará la soberanía territorial" con las milicias del M23 mientras que el portavoz del Gobierno, Patrick Muyaya, constataba poco antes "la determinación" del presidente del país para liberar "lo antes posible" las ciudades de Goma y Bukavu, capitales de las provincias de Kivu Norte y Sur, en manos de las milicias. El M23, integrado principalmente por tutsis congoleños, ha logrado importantes avances territoriales durante las últimas semanas, una ofensiva que ha llevado a RDC a acusar directamente a Ruanda de desplegar tropas en su territorio para apoyar las operaciones del M23, en medio de los llamamientos regionales a un alto el fuego y un proceso de paz. Por su parte, las autoridades ruandesas acusan al Gobierno de RDC de reprimir a los tutsis congoleños, que suponen una minoría en el este del país africano, con apoyo de grupos armados como las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) --fundada por hutus huidos tras el genocidio en Ruanda en 1994-- y otras milicias locales.
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