MADRID/SEVILLA, 30 (SERVIMEDIA)
El embajador Javier Rupérez afirmó este jueves, en la cuarta jornada de la Convención Nacional del PP en Sevilla, que la política exterior de España “paga” el hecho de que el Gobierno “está basado sobre antiguos terroristas, sobre separatistas y sobre comunistas”.
Así lo subrayó durante una mesa sobre los retos de la Seguridad y la Defensa, en la que participaron también José María De Areilza, de la Cátedra Jean Monnet-ESADE y la investigadora del Real Instituto Elcano, Mira Milosevich, y que moderó el secretario General del PPE, Antonio López-Istúriz.
Rupérez, embajador de España ante la sesión de Madrid de la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa (1979-1982), ante la OTAN (1982-83) y ante los Estados Unidos (2000-04), señaló que “no hay política exterior si no hay política interior viable, previsible, sólida”, y consideró que “mientras Sánchez siga siendo presidente, este país no tendrá una política exterior que valga ese nombre, y hay que recordarlo”.
“¿Qué es lo que pasa cuando el presidente de Estados Unidos se pasea durante 28 segundos con el presidente del Gobierno?”, se preguntó. En su opinión, “el país más grande del mundo, pese a los errores que evidentemente comete”, ha sido informado, porque “tiene aquí diplomáticos, tiene espías, tiene agentes,” de lo que pasa en España. “Y lo que pasa es que tiene un Gobierno que está basado sobre antiguos terroristas, sobre separatistas, sobre comunistas”.
Y añadió que esos apoyos del Ejecutivo están, “como vemos prácticamente todos los días, en relación con lo más oscuro de la vida internacional. Los venezolanos, los cubanos, los rusos”, y según Rupérez, “todo eso se paga”. Ese sería el motivo, recalcó, de que “estemos en una situación trágica, casi, porque no tenemos política exterior”, lo que “nos lleva a situaciones peculiares”.
“VECINO INCÓMODO”
A este respecto habló de las relaciones con Marruecos, al que calificó como “un vecino incómodo”, y “no digo que tengamos que tener unas relaciones malas” con Rabat, pero sí “actuar en consecuencias” partiendo de cuales son nuestros intereses, nuestros planteamientos y consiguientemente cuales son nuestras actividades.
El embajador admitió que con Rabat “nuestras relaciones son complicadas y deberíamos comenzar reconociéndolo”, ya que, sostuvo, “tenemos intereses encontrados”, y reclamó clarificar las que para España son ‘líneas rojas’, incluyendo a Ceuta y Melilla y todos los aspectos territoriales, ya que, subrayó, Marruecos ha intentado ya tres invasiones de España, en referencia a la Marcha Verde, la entrada masiva de personas en Ceuta en mayo, y el incidente del islote Perejil durante el Gobierno de José María Aznar.
A juicio de Rupérez, son muestra de “las tendencias del vecino” que recurre a situaciones de “chantaje” cuando cree que España está en situación de fragilidad. Una fragilidad, que consideró, fue reforzada por Trump cuando reconoció la soberanía marroquí sobre el Sahara, y lamentó que la Administración Biden no haya cambiado esa decisión, “porque va en contra del respeto al Estado de derecho”, apostilló.
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