MADRID, 23 (SERVIMEDIA)
Una investigación liderada por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), en colaboración con siete centros africanos, comprobó que los anticuerpos maternos que atraviesan la placenta pueden interferir con la respuesta a la vacuna contra la malaria, lo cual explicaría su menor eficacia en bebés menores de cinco meses.
Según informó ISGlobal este jueves, esta investigación se ha llevado a cabo en colaboración con siete centros africanos: CISM-Mozambique, IHI-Tanzania, CRUN-Burkina Faso, KHRC-Ghana, Nnimr-Ghana, Cermel-Gabón y Kemri-Kenia.
Los resultados, publicados en ‘The Lancet Infectious Diseases’, sugieren que bebés más pequeños de lo recomendado actualmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) podrían beneficiarse de las vacunas contra la malaria RTS,S y R21 si viven en zonas con baja transmisión de malaria, donde las madres tienen menos anticuerpos contra el parásito.
Ambas vacunas están dirigidas contra un fragmento de la proteína del parásito llamada ‘circumsporozoito’ (CSP) y se recomiendan para niños y niñas de cinco meses o más en el momento de recibir la primera dosis.
En este sentido, la directora del grupo de Inmunología de la Malaria de ISGlobal, centro impulsado por la Fundación “la Caixa”, Carlota Dobaño, explicó que “sabemos que la vacuna contra la malaria RTS,S/AS01E es menos eficaz en bebés menores de cinco meses, pero la razón de esta diferencia sigue siendo objeto de debate”.
MUESTRAS DE SANGRE
Para investigarlo, Dobaño y su equipo analizaron muestras de sangre de más de 600 menores (bebés entre 5 y 12 semanas de edad y entre 5 y 17 meses) que participaron en el ensayo clínico de fase 3 de RTS,S/AS01E.
Utilizando microarrays de proteínas, midieron los anticuerpos frente a 1.000 antígenos del causante de la malaria ‘Plasmodium falciparum’ antes de la vacunación para determinar si la exposición previa a la enfermedad y la edad influían en la respuesta a la vacuna.
A este respecto, el investigador de ISGlobal y primer autor del estudio, Didac Macià, aseguró que “este enfoque de microarrays nos permitió medir con precisión la exposición a la malaria a nivel individual, incluyendo la exposición materna en el caso de los bebés menores de 12 semanas y las infecciones pasadas en el caso de los bebés mayores de cinco meses”.
Los mecanismos por los cuales estos anticuerpos maternos hacen interferencia con la vacuna no se conocen del todo, pero se ha observado el mismo fenómeno con otras vacunas, como la del sarampión.
ANTICUERPOS MATERNOS
Por lo tanto, desde ISGlobal señalaron que a pesar de su papel protector, los anticuerpos maternos anti-CSP, que disminuyen en los primeros tres a seis meses de vida, pueden interferir en la eficacia de la vacuna.
Cuanto mayor sea el nivel de transmisión de la malaria, más anticuerpos maternos se transmiten al bebé, resultando en una menor eficacia de la vacuna. Los resultados también sugieren que los bebés menores de cinco meses pueden beneficiarse de la vacunación con RTS,S/AS01E o R21 en áreas de baja transmisión de malaria, durante brotes en regiones sin malaria, o en poblaciones migrando hacia una zona de alta transmisión.
De hecho, destacó la investigadora de ISGlobal y coautora principal del estudio, Gemma Moncunill, “nuestro estudio destaca la necesidad de considerar el momento y los niveles de anticuerpos maternos contra la malaria para mejorar la eficacia de la vacuna en los bebés más pequeños y vulnerables”.
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