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Bayardo Quinto Núñez
Bayardo Quinto Núñez
Bitácora de Futuro

Las aves atacan y ocupan el laberinto de la vida. Hubo en estos tiempos un laberinto que albergaba infinidades de aves exóticas, unas románticas, otras soñadoras, que volaban alto, pero que no podían salir, ese fue su castigo por el robo del laberinto.

Bitácora de Futuro

Era costumbre inveterada, queen varias ocasiones por las noches durante pernoctaron, los hermanos Fernando y Edmundo, se iban a conversar a la orilla del río, cuando los demás dormían, en un sitio denominado "El Pelón", lo disfrutaban al son de una hermosa sinfonía, que orquestaban: los pájaros, grillos, ranas, sapos, garrobos, toda clase de bichos, los notables silbidos del ulular del viento...

Nos dejó una gran herencia literaria: el vanguardismo insertado en su poheticidad

Todos los escritores, artistas tienen su propio mérito, con sólo atreverse a publicar sus obras es un inmenso logro para ellos y para la cultura nacional e internacional de sus países, pues, estas llevan su propia intención, del autor, eso es indiscutible, que a ciertos no les guste y a otros si, eso son los dilemas de la diversidad de ideas y pensamientos porque nunca podemos pensar igual, ni tener los mismos gustos. Pero la realidad es única.

Bitácora de Futuro

Cuentos y relatos breves: "El perro con rabia humana o no", "La relación con el camino", "Sábanas calientes, cama bendita" y "La sombra se asustó".

Por muy dura que sea, la vida, la historia, el mundo es real no se equivoca, orienta.

Era una noche llena de sombras macabras, no se podía garantizar nada, las sombras iban y venían, luna se paseaba en su casa, alumbraba menos del mínimo, era propicio para efectuar cualquier fechoría, pero se abotonaba, y sus ojos iniciaban una relación, pero el ruidaje apagó sus ojos y su voz, siendo imposible oír sus encantos. Todo quedó lóbrego, y en tinieblas.

Se corrió la noticia que el escritor del pueblo había fallecido. La gente comentaba en los barrios, cuál había sido la causa de la muerte, y nadie se podía contestar. Y cuando desapareció el atardecer, aproximadamente a las siete de la noche, un grupo de amigos del escritor fue a su casa para darle las condolencias a su anciana madre y cuando estuvieron con ella le preguntaron.

He recibido la (su) obra letrística y/o literaria "Rostros y Lugares", de manos del autor, mi amigo el escritor, poheta y crítico literario Danilo Urtecho. Esta magna obra es un tesoro para nuestra cultura nacional que internacionaliza a nuestro terruño.

Un temblor imaginario real, repentino e improvisto y repleto de calidez hizo dar gracias a este mundo protervo, cetrino de maledicencias en parte...

Los invitados fueron recibidos en la sala comedor. Amelia todavía se encontraba en su aposento vistiéndose. La mesa estaba servida, daba un aspecto original; los pronósticos de Amelia eran certeros; el viento soplaba fuertemente, cómo que vigilaba al tipo y el momento.

Eran las seis de la mañana, el oscurecer de aquel mismo día desaparecido. La mañana estaba hermosa y sorprendida, esperaba el sol del día, que no duraría mucho. Doña Francisca bajaba el café negro del fogón y se movía sin cesar del lavandero a la cocina, el día para ella venía apretado, como todos los días.

Ante el vibrante rugido del momento, con aire  comprometido y sombría esperanza, un día domingo del mes de octubre, del año de los tiempos, y cuando el barrio se encontraba lóbrego, golpearon a la puerta de la casa donde vivo toc, toc, toc. Abrí la puerta y lo primero que ví fue un niño con una biblia en la mano.

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