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El 19 de octubre del año pasado, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, escribió (con toda la razón) el siguiente mensaje en la red X (antes Twitter): «Los ataques de Rusia contra infraestructura civil, especialmente eléctrica, son crímenes de guerra. Los cortes de agua, electricidad y calefacción cuando llega el invierno a hombres, mujeres y niños son actos de terror».
Una investigación de hace un par de años calculó que de 1960 a 2018 los países del Norte se han apropiado de 62 billones de dólares procedentes de Africa, lo que hubiera representado 152 billones si se hubieran quedado allí y hubieran ayudado al crecimiento económico del continente. Es una cantidad 15 veces superior a lo que se necesitaría para acabar con la pobreza en toda Africa.
El vicesecretario y responsable de economía del Partido Popular, Juan Bravo Laguna, acaba de publicar un video (aquí) en el que demuestra que no tiene ni idea de economía. No se pueden decir más barbaridades en menos tiempo. Dice Juan Bravo: «Debemos aplicar esa sabiduría popular, eso que todos hacemos en nuestras casas, a las cuentas públicas… no gastar lo que no se tiene».
El semanario The Economics calculó en un informe publicado el pasado mes de febrero que las empresas, hogares y gobiernos de 58 países que en conjunto representan el 90% del PIB mundial pagaron en 2022 un total de 13 billones de dólares en intereses a las entidades financieras, 2,6 billones más que en 2021. Casi lo mismo que el dinero destinado a salud y educación en todo el mundo.
Como bien sabe quien me lea, no sólo mantengo bastantes discrepancias con Podemos por sus posiciones políticas. También, porque creo que quien dirige una formación política debe cuidar y querer a la gente y yo no me sentí así cuando elaboré el famoso documento de debate para su programa económico. Sin embargo, me siento en la obligación moral de manifestar mi solidaridad con sus dirigentes tras la cacería judicial y mediática a la que han sido sometidos.
Han causado sorpresa unas recientes declaraciones de un promotor inmobiliario australiano, Tim Gurner, sobre el desempleo y se están comentando como si fuesen la simple salida de tono de un millonario excéntrico. Ha dicho Gurner en un congreso de su sector: «Necesitamos que aumente el desempleo (…) Tiene que aumentar un 40-50%. Necesitamos ver dolor en la economía. Necesitamos recordar a la gente que son ellos los que trabajan para el empresario y no al revés».
Dicen que el alpujarreño Natalio Rivas fue el último de los caciques. Abogado, juez y académico, ocupó todo tipo de cargos políticos (presidente de diputación, concejal, teniente de alcalde, director general, subsecretario, ministro, diputado y procurador en Cortes en el franquismo) y algunos de ellos en diversas ocasiones.
Hagamos, en primer lugar, la prueba del algodón: Si la amnistía de los delitos cometidos por Puigdemont y otras personas fuera realmente una solución democrática y auténtica de los problemas de Cataluña ¿por qué ni el PSOE ni Sumar llevaban esta «solución» en sus programas electorales?
Siempre he sentido una especial fascinación por Emiliano Zapata, el revolucionario mexicano. No precisamente porque fuese padre de 16 hijos de 14 mujeres, aunque eso me parezca una auténtica heroicidad que, por demás, parece que no le resultó incompatible con las relaciones que tuvo con algunas personas de su mismo sexo. Me fascina porque me parece que actuó siempre guiado por un impulso moral liberador de los demás tan generoso como inquebrantable.
Actualmente hay cientos, quizá miles de empresas, a lo largo de todo el planeta, queriendo relocalizarse y, tras ellas, capitales multimillonarios buscando ponerse a salvo del fiasco que les ha supuesto la globalización de las últimas décadas y para tratar de acomodarse a los cambios productivos y tecnológicos que vienen como algo ineludible.
Los resultados electorales del domingo pasado representan una derrota sin paliativos de las izquierdas que creo se pueden explicar por cuatro factores a tener muy en cuenta si se quiere que las generales recién convocadas de un vuelco y permitan renovar un gobierno progresista.
He oído la expresión con la que titulo este artículo docenas de veces, pero nunca en boca de alguien rico o con ideas de derechas. No digo que no haya ricos que digan eso, sino que a quien yo oigo decir que no vale la pena ir a votar es a gente que vive al día o malvive o que no es de derechas.
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