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El derbi de Madrid acabó en manos del Real Madrid por obra y gracia de Llull y Doncic.
Había estado desaparecido, pero dos ramalazos, en apenas un minuto y medio, desde el perímetro –más el aporte de Hunter (7 puntos al descanso) en la zona- elevaron al Real Madrid, desembocando con un 36-37 al descanso.
Superado el ecuador del encuentro, y antes de adentrarse en esos tres minutos de auténtica pasión, Real Madrid y Baskonia intercambiaron golpes y canastas, así como errores y protagonismo con los árbitros: en poco más de un minuto, una técnica a Ayón, otra al banquillo del Real Madrid y otra a Diop.
Fue tiempo de más tensión que de canastas o juego, y sólo Thompkins firmó un maravilloso dos más uno para sentenciar el triunfo y liderato del Real Madrid en la fase de temporada regular de la Euroliga.
El esloveno impulsó al Real Madrid antes del descanso; luego el Barcelona, apurado por la necesidad de ganar, se apoyó en Perperoglu (16 puntos) y en Tomic, quién sólo apareció al final para jugarse las canastas decisivas.
La explicación también se encontró en el descenso de revoluciones del Real Madrid: pasó de bordar el baloncesto sustentado en Llull a administrar energías apoyándose en las rentas.
Mientras el Real Madrid continuaba cocinando su triunfo a fuego lento, se vieron minutos de Doncic: anotación y maestría en el manejo del balón.
Llull dejaba al Real Madrid arriba en el marcador a falta de 6 minutos para el final.
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