Santiago Arroyo

Santiago Arroyo nació en Madrid en 1980 y es licenciado en Marketing y Dirección de Empresa por la Escuela Superior de Estudios de Marketing. Cursó estudios de Máster en Gestión Comercial y Marketing (ESEM) y otro en Dirección Marketing y Comunicación con especializaciones en E-commerce, Protocolo y Gestión Comercial.

Ha trabajado como responsable de Marketing y Comunicación, Agencias de Publicidad y actualmente ocupa su labor como Consultor de Marketing.

Columnista de opinión en varios medios de comunicación, complementa su faceta de comunicador en su blog homónimo “El Blog de Santiago Arroyo”. Gran aficionado al mundo de la política también le interesa todo lo relevante a la sociología, investigación de mercados, finanzas y el mundo empresarial.

De novicios a abanderados del desconcierto

Los movimientos que han causado el malestar físico e intelectual de la opinión pública y diversas Instituciones, dan muestras del abanderamiento hacia la izquierda más radical

Parece mentira. Lo que no consiguieron los sindicatos del marisco y de cruceros fastuosos, lo han llevado a buen puerto un grupo de novicios valencianos.

De aquellos lodos estos barros

Gran parte de los medios Españoles de hace algunos años, criticaban con dureza las actuaciones de Garzón mientras ahora piden su liberación como juez prevaricador

No hace tanto tiempo, que un diario como El País, cargado de humor negro y semblante socialista, cargaba de ira sus titulares contra la figura que, para la facción más izquierdista del grupo Prisa, llamaba a las armas a sus lectores contra el Juez que atacaba sin parar al Gobierno Felipista.

La balanza desequilibrada

Según los neo-brigadistas de nuestro presente más llamativo, la democracia española pende de un hilo simplemente por hacer o buscar justicia a los hechos recientemente acaecidos en las salas de los tribunales

Ni cien días de sobriedad

Después del anuncio del Gobierno de recortar y subir gravámenes, la oposición se ha puesto manos a la obra y las críticas no han tardado en hacerse oír

Desde que tengo uso de razón, si es que el ser humano puede jactarse de ser poseedor de tan hermoso donativo, he oído por activa y por pasiva esa curiosa frase de que España es un país de contrastes.

La república coronada

El balance del adiós

El mundo al revés

Como si de la canción infantil se tratase, el caso 11-M se está convirtiendo en la pesadilla que fue y en el detrimento de la verdad y el crispado elenco mediático y político por parte de algunos que, da la sensación, no quieren llegar al fondo del asunto.

Agujero negro en funciones

De todos es sabido que los últimos años del Gobierno socialista, no han sido un modelo de austeridad y calma, ya sea por las ingentes ayudas y subvenciones dadas a sindicatos y otras organizaciones con mayor o menor credibilidad y con dudas, más que justificadas, en el merecimiento de éstas.

También quiero una reforma laboral

La preocupante cifra del paro situada en el 21,5% (cifra de la EPA en el tercer trimestre) que nos deja la herencia Socialista después de haber negado la crisis hasta la saciedad y una Ministra de Economía negando lo evidente años después de haber empezado la misma, hace chocante que los sindicatos españoles, más parecidos hoy a un grupo de matones que se enriquecen con el mal ajeno, se molesten, o lo que es peor, se despreocupen ante la propuesta hecha por Mariano Rajoy y su partido, pactar otra reforma laboral.

Nuevos tontos contemporáneos, la pena de este país

Víctor Ruiz Iriarte dijo que la sonrisa es el idioma general de los hombres inteligentes. Sólo son tristes los tontos y los delincuentes. Me hago eco de esta frase a raíz de las declaraciones del señor López Tena ante la prensa, donde ha arremetido, tras la salida de la segunda jornada de la sesión de control del Parlament, contra su presidenta, “Nuria de Gispert”, adjetivándola de “mamarracha” y “cosa”, por poner en práctica el veto a expresiones como “España nos roba y expolio” frases utilizadas en gran medida por parlamentarios independentistas y que denunció Ciutadans.