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Las enfermedades alérgicas son un problema de salud pública a nivel global. Entre un 30 y un 40% de la población mundial sufre algún tipo de alergia, según los datos de la Organización Mundial de la Alergia (WAO, por sus siglas en inglés), organización internacional que está formada por más de 100 entidades de alergología e inmunología clínica de todo el mundo.
Diversos estudios apuntan a que más del 30% de la población en España, de los cuales aproximadamente el 22% son adultos, han sido diagnosticados de rinitis alérgica. Esta afección se produce por la inflamación de la mucosa nasal provocada por una respuesta exagerada del sistema inmunitario frente algunos alérgenos.
La primavera ha llegado acompañada de más horas de luz, un aumento de las temperaturas, la floración de muchísimas especies de plantas y también de un gran número de síntomas muy molestos para las personas con algún tipo de alergia. Entre el 20% y el 40% de la población sufre rinitis alérgica, un trastorno nasal caracterizado por la inflamación de la mucosa nasal a consecuencia de una reacción alérgica desencadenada por sustancias que hay en el ambiente.
En los últimos años, el número de personas con algún tipo de alergia ha aumentado en todo el mundo, sobre todo en los países industrializados. España no es una excepción, actualmente un 25% de la población presenta algún tipo de alergia respiratoria, principalmente rinitis y asma. Las alergias repercuten en la calidad de vida de las personas que las sufren, afectan al rendimiento laboral y escolar, y tienen un componente genético y ambiental importante.
La primavera está en el aire, y con ella, millones y millones de diminutos pólenes que desencadenan síntomas de alergia en la población, estos síntomas se pueden agravar si no se tratan correctamente. Los ojos y la nariz son los dos órganos del cuerpo que más sufren las consecuencias de una alergia, pues son zonas muy sensibles a los cambios de temperatura y del entorno.
En ocasiones, debido a la similitud de algunos síntomas, pueden presentarse dificultades a la hora de identificar y diferenciar entre el covid-19 o un resfriado común. Ahora, con la llegada de la primavera, la situación se vuelve aún más confusa para aquellas personas que sufren algún tipo de alergia primaveral. ¿Cómo diferenciar si los síntomas corresponden al covid-19 o a una alergia primaveral?
¿Congestión nasal y estornudos? En esta época del año lo más habitual es asociar estos síntomas con el frío y las enfermedades que vienen con él, especialmente los catarros. Sin embargo, hay otra posibilidad que no solemos tener en mente durante el invierno: la alergia. El polen no está solo presente en la primavera.
Advierten de la importancia de saber identificar los síntomas de una crisis asmática o reacción alérgica en niños para poder distinguirlos de la COVID-19. En este sentido, los pediatras alergólogos instan a consultar con el especialista ante cualquier duda para saber cómo proceder en cada situación.
En la actualidad, hasta un 35% de los niños de países desarrollados pueden presentar este tipo de manifestaciones. En concreto las que afectan con mayor frecuencia a la población infantil son las relacionadas con los alimentos, las anafilaxias, la dermatitis atópica y el asma alérgico. Se recomienda extremar la precaución en esta época del año y llevar siempre la medicación de rescate para utilizar en caso de que se produzca una reacción generalizada.
Hay ciertos alimentos que provocan una reacción adversa en algunas personas. Náuseas, diarrea o dolor abdominal son varios de los síntomas que sufren quienes tienen una intolerancia alimentaria. Sin embargo, también son posibles síntomas de una persona con alergia a algún alimento. Por eso, es frecuente confundir intolerancia y alergia, aunque sus causas y gravedad sean muy distintas.
Respecto a sus causas, el Dr. Chivato comenta que “con mucha frecuencia la dermatitis atópica se asocia o subyace detrás de una alergia a alimentos, como la alergia a la proteína de leche de vaca (APLV) o de huevo, o a alérgenos ambientales, como los ácaros del polvo doméstico. Por ello, en la dermatitis atópica cada tratamiento debe individualizarse, identificando y reduciendo los efectos causales o exacerbantes, como evitar la ingesta de determinados alimentos”.
Este miércoles se celebra el Día Mundial de la Alergia, una patología que afecta a más de 400 millones de personas en todo el planeta y que puede llegar a condicionar múltiples aspectos de la vida quiens. El último análisis de Acierto.com, de hecho, revela que hasta 2 de cada 5 alérgicos reconocen que la alergia merma incluso sus capacidades al volante. Con los peligros que eso acarrea.
La limpieza del hogar es básica para reducir los síntomas de alergias. Primavera es una época complicada tras las lluvias y el frío de invierno, pues el hogar acaba convirtiéndose en un caldo de alérgenos por la mezcla de polvo, pelo de mascotas, moho y polen.
La prevalencia de las alergias alimentarias ha sufrido un crecimiento exponencial en los últimos años en los países occidentales.
La alergia al polen es de las más frecuentes y en primavera es cuando tiene su mayor auge, especialmente en las grandes ciudades. Tal y como ha confirmado la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), en los últimos años se ha duplicado el porcentaje de alérgicos a los pólenes más fuertes. Millones de conductores tendrán que ponerse al volante bajo sus efectos.
Que con la llegada de la primavera y el buen tiempo vienen también las alergias es una desagradable realidad a la que muchos españoles ya han empezado a enfrentarse un año más. Un problema que afecta a más de 14 millones de personas en nuestro país y ante el que no existen grandes remedios. De hecho, en algunas ocasiones, la alergia es capaz de condicionar la calidad de vida de quien la padece, e incluso de ponerle en peligro.
Con la llegada de la primavera, las alergias aumentan. Las más habituales son las ambientales, sobre todo aquellas que son producidas por el polen. En concreto, el de las gramíneas es el responsable de la gran mayoría de alergias primaverales, sobre todo en el norte y centro de España. En la cuenca mediterránea, sin embargo, la principal responsable es la parietaria y en el sur se ven también muchos casos de alergia al olivo.
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