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Siempre se ha venido hablando de unos ciudadanos de primera categoría y otros de inferiores categorías. Hoy, con el auge dado a eso del progreso, aunque este sea claramente un producto comercial, parecería una cuestión superada a tenor del derecho a la igualdad. Sin embargo, las cosas no han cambiado demasiado, pese a decir que aquí se vive en una sociedad avanzada —sin perder de vista su condición de colonia euroamericana—.
Mudarse a un país extranjero puede ser un proceso emocionante, pero también desafiante. Para los ciudadanos extranjeros que desean establecerse en España, es crucial contar con el apoyo y asesoramiento adecuados para garantizar una transición exitosa. En este sentido, ciertos servicios de asesoramiento fiscal y administrativo se vuelven indispensables para navegar por la complejidad de las regulaciones y trámites legales en un nuevo entorno.
Todo aquel que quiere emprender sabe lo complejo que es el papeleo en España, ya que incluso los pequeños autónomos se ven desbordados por las exigencias de las distintas administraciones. Por eso, lo mejor es buscar una Gestoría online para empresas antes de comenzar a hacer negocios, la cual nos ayude con los documentos, declaraciones, Hacienda o la Seguridad Social.
Si resumimos las descripciones de las diversas enciclopedias sobre el término “cibernética”, podemos colegir, simplificando, que se trata de la relación del hombre con las máquinas computadoras. Desgraciadamente esa asignatura no la hemos cursado aquellos que nacimos hace más de medio siglo.
Las medidas contra la inflación que ha puesto en marcha de manera triunfalista el Gobierno de la nación harán que las familias ahorren 3,5 euros a la semana aproximadamente. Con estas cifras, si uno de los miembros de la familia se desplaza a otra población cercana a trabajar se perdería ese ahorro y se gastaría algún euro más en el transporte por carretera. Son ayudas económicas ínfimas que no sirven para sacar del atolladero a millones de personas y familias españolas.
Que se hable de prepotencia en el caso de una burocracia estatal, en algunos casos, puede estar justificado, porque quien dispone de poder bajo condición está dispuesto a utilizarlo a la medida de sus conveniencias. Sin embargo, ya no parece estarlo tanto que la burocracia empresarial se comporte como la pública, dando continuas muestras de prepotencia.
Estamos en un momento de verdadero atropello, por mal llamarlo de alguna forma, en cuanto a las personas mayores y también de los que por problemas de cualquier otro tipo, como económico, no tienen acceso ninguno a realizar telemáticamente los procesos que les piden, en los diversos organismos, con lo cual no pueden acceder ni a las ayudas, ni a nada, porque están dentro de esa brecha digital donde no se admite nada personalizado como antes.
Lo que no puede ser es que los docentes tengan que trabajar un número excesivo de horas. No solamente cuentan las clases, que es lo más fácil y lo que realmente está ajustado a una carga temporal admisible. Lo que sucede es que con muchísimos alumnos las tareas se multiplican.
Por primera vez, y sin que sirva de precedente, la redacto un viernes. La cosa no tendría importancia si esta demora hubiera sido motivada por un viaje o cualquier circunstancia inoportuna. Lo que me ha impedido dedicar el tiempo suficiente a la elaboración de estas reflexiones ha sido el maldito papeleo.
Se trata de la fastidiosa burocracia. Me ha sorprendido la excelente definición de este término por parte de la RAE. En su 4ª acepción indica lo siguiente: “Administración ineficiente a causa del papeleo, la rigidez y las formalidades superfluas”. No se puede explicar mejor. No sé en qué fecha se determinó esta descripción, pero parece ser redactada en estos días.
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