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Un informe de Bloomberg Intelligence calcula el valor del mercado de los alimentos sustitutivos de la proteína animal en 26.000 millones de euros y estima que su valor superará los 143.000 millones en 2030. Existen grandes oportunidades de mercado para el desarrollo de alimentos de base vegetal, desarrollos que deberán ir acompañados de avances tecnológicos innovadores para poder responder a las necesidades que plantea el mercado.
Sí, inconcebible, inadmisible, inaudito inaguantable e intolerable y por desgracia irrefutable, lo manifestado por esta desdicha de Ministro que, para nuestra perdición padecemos lo españoles, denominada Alberto Garzón. Es el hombre de las paparruchadas, de las sandeces sin cuento y de las tonterías sin remedio.
Les confieso que en este nuevo año que estrenamos, era mi propósito despegarme del decepcionante y frustrante clima político que estamos sufriendo y de la insoportable presión vírica que padecemos, para ocuparme de cuestiones mucho más inquietantes que están abocando a nuestra sociedad a un vertiginoso destino sin un horizonte definido en el escenario nacional e internacional.
"No puede seguir ni un minuto más sentado en el Consejo de ministros", dicen los partidos de la oposición, varios presidentes autonómicos con Lambán a la cabeza, el sector ganadero al completo y la industria cárnica. Es tal el daño de este muchacho, comunista y ministro-cuota, que ha faltado tiempo a los gobiernos alemán y francés para pedir explicaciones al gobierno español.
Dudo que quede en España algún ganadero que no haya pedido la dimisión de Alberto Garzón, ministro de Consumo del Gobierno de Pedro Sánchez, sector comunista. Su falta de preparación y su desconocimiento del mundo ganadero le ha llevado a demostrar su ignorancia en «The Guardian». Además de inconsciente es un hipócrita porque en su boda no faltó solomillo. ¿Qué tiene este desorejado contra la carne?
Su última ocurrencia, que ha levantado ampollas en el mundo de la ganadería, es hablar sobre el consumo de carne de lo que ha dado datos incorrectos y que ha merecido hasta un comentario de Sánchez como para dimitir. Como contraste a sus recomendaciones, circula por las redes, la boda burguesa que celebró, con un menú pantagruélico, tan alejada de la filosofía proletaria y marxista que promulga.
Entre tantas recomendaciones emitidas por “expertos” destacan las de los políticos y los grandes productores. No dudan en quemar cosechas completas de café o de plátanos a fin de mantener los precios o de indicarnos que nos cargamos el planeta cada vez que nos comemos un filete. Perjudicial.
A la pesadilla de las mascarillas, de la tasa de incidencias acumuladas, de las variantes del virus o de los indultos de la cabaña independentista, hay que sumar ahora la vigilancia a la que estaremos sometidos por la policía alimentaria para impedir que los españoles podamos disfrutar de un buen chuletón de vaca gallega o de un cochinillo segoviano.
Febrero y marzo, meses en los que se produce buena parte de la montanera, son los óptimos para el consumo de las carnes de cerdo ibérico de bellota.
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