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Alrededor del 20% de la población que vive en entornos donde ha sucedido un conflicto belíco reciente presentan depresión, trastorno de ansiedad, trastorno de estrés postraumático, trastorno bipolar o esquizofrenia, según un estudio publicado en ‘The Lancet’ del que se hace eco la confederación Salud Mental España.
Putin sin duda es un sátrapa, pero los distintos presidentes de USA no le van a la zaga en los conflictos en la Europa del Este. Durante la guerra de los Balcanes, la OTAN (brazo armado de USA) bombardeó Yugoslavia, incluyendo Belgrado, durante 78 días, cuando el 23 de marzo el entonces secretario general de la OTAN, el español Javier Solana, dio instrucciones al general estadounidense Wesley Clark para iniciar la operación contra Yugoslavia, el mundo cambió por completo.
Hoy puedo afirmar con triste rotundidad, la democracia ha muerto ante el espectro del autoritarismo por un lado y del populismo por otro. Existen señales inequívocas de ello. Miremos la situación en Canadá, el enfrentamiento Europa – Rusia siendo el escenario de un posible conflicto de consecuencias inimaginables, la violencia masiva de Irak, Sudan, Francia, etc.
Cada día los moradores nos distanciamos más unos de otros y se hace más complicada la convivencia, sucede también dentro del propio núcleo familiar, donde tampoco somos capaces de soportarnos unos a otros. De pronto, entramos en peleas inútiles, en conflictos domésticos absurdos, cultivando problemas innecesarios que nos llevan realmente a un callejón sin salida. Son estos pequeños trances los que nos van minando hacia sociedades bélicas que no se aguantan.
Por eso, es primordial, que los progenitores den prueba de moderación en sus familias, que los educadores transmitan en todas las áreas del saber los auténticos valores que nos hermanan, que la ciudadanía se dignifique y los liderazgos trabajen por el orden y el bienestar de todos.
A lo largo de la historia, grandes personalidades han destacado como líderes empresariales pero hoy en día la sociedad española es posible que viva algo desilusionada por la falta de espíritu dentro del liderazgo empresarial y político. Ser un buen líder empresarial consiste en plantear riesgos y crear oportunidades dentro del mundo laboral, entre otras cosas más.
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