El efecto del calor sobre la comunicación interpersonal se hace evidente en la actual estación veraniega, con más discusiones y más irritabilidad, con el consiguiente deterioro de las relaciones de pareja y en familia, en la relación padres hijos, y en el ámbito social y profesional.
El experto en comunicación social y técnicas de la expresión y el lenguaje de la Fundación Casaverde, Julio García Gómez, propone unas pautas y ofrece unos consejos para sobrevivir a la “fiebre” del verano:
1.- Las altas temperaturas afectan a nuestra capacidad de una comunicación fluida ya que, por ejemplo, la falta de sueño y el cambio de hábitos y costumbres nos pueden volver antipáticos e hipersensibles ante los demás. Procuremos no hablar más de la cuenta para no gastar energía. Se puede escribir en un chat si no queremos desgastar la palabra verbal.
2.- La irritabilidad está a la orden del día. De hecho, muchos conflictos y guerras han arrancado en verano. Dejemos las grandes discusiones para las franjas valle de calor del día.
3.- Tomemos medidas ante la ola de calor e hidratemos cuerpo y mente con técnicas de método como utilizar un mensaje corto y directo para no 'sofocar' al interlocutor. No acalorarse con movimientos bruscos del cuerpo.
4.- Emplear las primeras horas de la mañana y las últimas de la noche para el diálogo más trascendente de los temas de pareja y familiar. Evitar las discusiones en “el infierno" del calor a partir de las 12 del mediodía.
5.- Y en este caso de fuerte calor, emplear con moderación chats y teléfono para no gastar energías en el cara a cara de las horas centrales del día. En el trabajo y en las relaciones sociales tomarse con calma las grandes decisiones para no “calentar” demasiado el ambiente y acometer medidas desacertadas.
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