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Es muy difícil comprender que una señora que trabaja en laboratorios farmacéuticos, tras tantas experimentaciones con humanos de una vacuna que, de momento, no ha provocado graves efectos y parece eficaz, se niegue a ponérsela. Lo de la mascarilla me parece un desafío, sobre todo cuando viene de Barcelona, ciudad gravemente infectada. ¿Qué nos está pasando?
Ahora, la juventud en el mundo se sigue divirtiendo a su manera, los jóvenes siguen siendo transgresores en exceso. Se les acusa de ser causantes del botellón, del contagio en pandemia por no estar vacunados, se asocia su diversión y ansias de ocio y una mal entendida libertad, con el sufrimiento de otras personas que enferman o no descansan.
No se dan las condiciones mínimas para que los profesores interinos preparen las oposiciones con un mínimo rigor. Las tareas telemáticas han aumentado el doble la dedicación y el tiempo empleado por los docentes por causa de la pandemia.Y a esto es preciso sumar las horas de preparación de clases, exámenes, recuperaciones, reuniones, corrección de pruebas escritas, etcétera.
El miedo a la vacuna de AstraZeneca, que ha provocado alarma social y cancelaciones de citas, no tiene justificación científica, según la Alianza contra los Bulos en Vacunas, que insta a mejorar la comunicación sobre los beneficios y riesgos de las vacunas Covid y mejorar, así, la cobertura vacunal. Las organizaciones participantes en la Alianza contra los Bulos en Vacunas recuerdan que el riesgo de trombos es de un 0.0004% al inmunizarse con la vacuna de AstraZeneca frente a un 0.05-0.12% al tomar la píldora anticonceptiva, un 0.18% en fumadores y un 16.5% al infectarse por Covid, según datos de la Agencia Europea del Medicamento.
La pandemia del nuevo coronavirus originado en la ciudad china de Wuhan ha superado ampliamente los 3,5 millones de casos y ha dejado más de 250.000 víctimas mortales en todo el mundo, según el balance de la Universidad Johns Hopkins.
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