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Las intensas olas de calor y la sequía causadas por El Niño están reduciendo críticamente los niveles de agua en el río Amazonas y sus afluentes, diezmando la población de peces, limitando el riego de cultivos y el transporte para garantizar el suministro de agua y alimentos. Es inminente una crisis alimentaria en la cuenca del Amazonas: "Miles de personas se verán obligadas a migrar, y los niños y niñas serán cada vez más vulnerables al trabajo infantil y al abuso".
Tatev Azizyan, una periodista de 28 años de Nagorno Karabaj, le ha explicado a su hija de siete que ambas tienen que cambiar a «modo de ahorro de energía» para sobrevivir. “Algo de pan y rodajas de tomate y pepino, eso es todo lo que le puedo dar a mi hija para el desayuno. Productos como el azúcar o los huevos hace tiempo que desaparecieron de nuestra mesa”, explicó Azizyan a IPS desde su residencia en Stepanakert, la capital provincial de Nagorno Karabaj.
El bombardeo ruso sobre puertos ucranianos, por donde se exportan cereales y aceites comestibles, probablemente agravará la situación de inseguridad alimentaria en el mundo, advirtió este viernes 21 la jefa de asuntos políticos de las Naciones Unidas, Rosemary DiCarlo.
La cifra de personas que sufren hambre en el mundo es de 783 millones, según el informe El Estado de la Seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo publicado por Naciones Unidas, lo que indica que el crecimiento del hambre en el mundo durante 2022 se ha frenado, tras un aumento significativo en 2020 y 2021.
Las crisis climática, de deuda y el impacto de la pandemia covid-19 y de la guerra en Ucrania están bloqueando los avances hacia la consecución en 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), según se desprende de comprobaciones del pulso anual que lleva la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).
Tres años de sequía han dejado a más de 23 millones de personas en partes de Etiopía, Kenia y Somalia enfrentando hambre severa, dice el Programa Mundial de Alimentos (PMA), con su sede central en Roma. Cuando las tan esperadas lluvias de la región finalmente llegaron en marzo, en lugar de traer alivio, los aguaceros fueron tan extremos que causaron inundaciones repentinas que inundaron casas y tierras de cultivo y se llevaron el ganado.
Casi cinco millones de personas en Burkina Faso están afectadas por la actual crisis humanitaria y alimentaria, y la ayuda internacional no puede llegar a toda la población debido a la inseguridad en el país, según informó este jueves Médicos del Mundo. La ONG hizo un llamamiento para evitar una hambruna y ha denunciado la falta de financiación internacional.
Tres millones de niños y niñas, la cifra más alta jamás registrada, necesitan ayuda humanitaria urgente en Haití, según ha planteado, en una nueva llamada a la cooperación internacional, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Se cumplen dos meses de la escalada de la violencia en Sudán. Los enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) continúan en Jartum, Darfur y varias zonas del país. El conflicto y los desplazamientos forzados están provocando que las tasas de desnutrición se estén disparando. Más de 1,8 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares.
La advertencia de la ONU de que Pakistán podría enfrentar una aguda inseguridad alimentaria en los próximos meses debería servir de alerta para que el gobierno se concentre en las zonas afectadas por las inundaciones de hace un año, donde la población aún vive sin refugio, medicamentos o alimentos adecuados.
Haití está en máximo nivel de alerta por hambre, y El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua suman “puntos críticos” de inseguridad alimentaria, según alertan 29 agencias de las Naciones Unidas en un informe sobre la expansión de esa calamidad en varias regiones del globo. Conflictos, eventos climáticos extremos y crisis económicas empujan a más comunidades a situaciones de hambre. La inseguridad alimentaria aguda aumenta en escala y gravedad en el mundo.
La Agencia de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) estaría ya preparando una respuesta anticipada a la emergencia alimentaria que causará la llegada de El Niño, prevista según la OMM para finales del verano. El fenómeno climático conocido estaría relacionado con el incremento del calentamiento de las aguas del Pacífico oriental ecuatorial y podría significar problemas para partes de África, América Central y el Extremo Oriente asiático.
El hambre aguda aumenta por cuarto año consecutivo y azota ya a 258 millones de personas en 58 países y territorios, indicó el más reciente informe de la Red de Información sobre Seguridad Alimentaria. Esa cifra, correspondiente al cierre de 2022, es muy superior a los 193 millones de personas en 53 países y territorios que padecían hambre aguda en 2021.
Cerca de 260 millones de personas en 58 países se ven gravemente afectadas por la inseguridad alimentaria, según el Informe mundial sobre las crisis alimentarias, publicado por WFP. Se trata de 65 millones de personas más que en el año anterior, lo que supone un alarmante aumento del 34%. Esto significa que el número de personas que pasan hambre en el mundo crece por cuarta vez consecutiva.
Unos 345 millones de personas padecen inseguridad alimentaria aguda en todo el mundo, más del doble que antes de la pandemia covid-19, según señala un nuevo reporte del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas. Se han identificado medio centenar de serios focos de hambre en 24 países, de los cuales 16 son de África, cinco de Asia, y Guatemala, Haití y Honduras en América.
Un mes después de que la nación insular de Vanuatu, en el Pacífico sur, fuera azotada por dos ciclones de categoría 4 en un lapso de tres días, la escasez de alimentos y sus altos precios son ostensibles tras la devastación generalizada en el sector agrícola.
Decenas de millones de niños, niñas y sus familias se enfrentan a la inanición. Los conflictos, la COVID-19 y el cambio climático, “las llamadas 3C”, han puesto a casi 45 millones de personas en 37 países en riesgo de morir de hambre. A esta situación se suma ahora una cuarta “C”, los costes, cuyo aumento está actuando como motor de esta crisis.
El número de mujeres embarazadas y madres lactantes que sufren desnutrición aguda aumentó 25 % desde 2020 en 12 países que están “en el epicentro de la crisis alimentaria mundial”, según ha advertido un nuevo informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Cinco agencias de las Naciones Unidas pidieron, de manera conjunta, una acción urgente para proteger a millones de niños desnutridos en los 15 países más afectados por una crisis alimentaria y nutricional sin precedentes. Ocho millones padecen emaciación grave, la forma más mortífera de desnutrición, lo que significa que tienen doce veces más probabilidades de morir que los niños que comen lo suficiente.
A pesar de todos los avances de las últimas décadas en la lucha contra la desnutrición infantil, 45 millones menores de cinco años en el mundo sufren desnutrición aguda, y las predicciones apuntan a que esta cifra continuará creciendo en los próximos años. Uno de los retos de Acción contra el Hambre es, precisamente, abordar la desnutrición aguda en la infancia, la cara más dramática del hambre.
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