Se cumplen dos meses de la escalada de la violencia en Sudán. Los enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) continúan en Jartum, Darfur y varias zonas del país. El conflicto y los desplazamientos forzados están provocando que las tasas de desnutrición se estén disparando. Más de 1,8 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares. Según apunta el coordinador de salud y nutrición en Acción contra el Hambre Sudán, Samson Wolderufael, “incluso aquellas personas que cuentan con algo de dinero no tienen acceso a alimentos. Los mercados están cerrados. Muchas actividades agrícolas se han interrumpido justo cuando comienza la temporada de siembra en Sudán. Los bancos han colapsado, los precios se han duplicado, los movimientos y las carreteras son inseguros. Todo ello está afectando a la capacidad de las familias para acceder a los alimentos”.
48 millones de personas están afectadas por esta crisis. Niños y niñas, mujeres, ancianos, personas que conviven con discapacidades físicas y mentales, desplazadas y aquellas con enfermedades crónicas son las más vulnerables. Todas ellas necesitan urgentemente acceso a productos de alimentación general y a alimentos suplementarios como los terapéuticos que se usan para tratar a los menores con desnutrición aguda severa. Wolderufael explica que “los informes confirman que más de 50.000 niños y niñas que seguían programas contra la desnutrición aguda severa han visto interrumpido su tratamiento a causa del conflicto. En Acción contra el Hambre, hemos reanudado actividades de distribución de alimentos terapéuticos para la población en el Nilo Blanco, uno de los estados con mayor presencia de desplazados internos, y Nilo Azul”.
La población tampoco tiene garantizado el acceso a la sanidad. Los centros de salud no funcionan adecuadamente y la mayoría han sido dañados o saqueados. El 67% de los hospitales cercanos a zonas con combates activos no funcionan, según datos de las Naciones Unidas. El coordinador de salud y nutrición de Acción contra el Hambre Sudán, Wolderufael, explica que “niños y niñas están muriendo por desnutrición y tienen problemas de salud como neumonía, diarrea acuosa aguda, cólera, malaria y otras infecciones.”
SAQUEO EN UNA DE LAS OFICINAS DE ACCIÓN CONTRA EL HAMBRE
Al menos 162 vehículos de organizaciones humanitarias han sido robados y 61 oficinas y 57 almacenes saqueados. Jody Paulson Cormack, referente de seguridad global en Acción contra el Hambre España, afirma: “Esta práctica es común en zonas del conflicto. Lo estamos volviendo a vivir en Sudán. Es evidente que el personal humanitario no está siendo respetado”.
Tras varios altos el fuego fallidos, Cormack afirma: “No parece que haya señales de que se vaya a facilitar el paso a la ayuda humanitaria. Todas las organizaciones estamos demandando que se nos permita trabajar y llegar a todas las víctimas del conflicto. Ha habido pequeños momentos en los que hemos podido transportar comida y medicamentos a algunas zonas, pero no es suficiente en comparación con las crecientes necesidades”.
La oficina de Acción contra el Hambre en la zona Zalingei, en Darfur Central, fue saqueada recientemente. Cormack explica: “Nos han quitado medicamentos, tratamientos nutricionales, ordenadores y todo tipo de artículos que nos posibilitan responder a la crisis y llegar a las poblaciones afectadas”.
El referente de seguridad global en Acción contra el Hambre España, Jody Paulson Cormack, concluye: “Nuestros equipos en Sudán están listos para trabajar, todos están a la espera de poder traer el apoyo a las personas afectadas, solo necesitamos un mínimo de luz verde para poder seguir adelante”.
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