Dos niñas juegan entre los escombros de casas destruidas por el terremoto de 2021 en Les Cayes, comuna del suroeste de Haití. Desastres, violencia, inseguridad, hambre y enfermedades castigan a millones de niñas y niños en el país más pobre del hemisferio. Imagen: Roger LeMoine / Unicef
PUERTO PRÍNCIPE – Tres millones de niños y niñas, la cifra más alta jamás registrada, necesitan ayuda humanitaria urgente en Haití, planteó, en un nuevo llamado a la cooperación internacional, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
“Hoy en día, ser niño en Haití es más duro y peligroso que nunca. Las amenazas y dificultades a las que se enfrentan son simplemente inimaginables. Necesitan desesperadamente protección y apoyo”, resumió Bruno Maes, representante de Unicef en Haití, el país más pobre del hemisferio.
El hambre y la desnutrición han alcanzado niveles sin precedentes en este país, de 27 755 kilómetros cuadrados y 12 millones de habitantes, con efectos potencialmente mortales, sobre todo en los barrios más pobres, inseguros y congestionados de la capital, Puerto Príncipe, donde viven 1,2 millones de personas.
El número de niños que sufren desnutrición con riesgo de muerte se disparó 30 % desde el año pasado, y casi uno de cada cuatro niños de todo el país padece desnutrición crónica, según Unicef. Niños menores de 14 años son la mitad de los 46 000 casos de un nuevo brote de cólera que castiga al país, ya sumido en la pobreza, el hambre y la desnutrición, un cuadro agravado por los alarmantes niveles de violencia, bajo el imperio de bandas criminales responsables de hasta cientos de muertes cada mes.
Los menores caen fácilmente en manos de grupos armados que se reparten y pelean por el control de barriadas enteras en Puerto Príncipe y otras zonas del país, en un ambiente de violencia, la pobreza y la desesperación, en el que muchas familias quedan atrapadas y sin posibilidad de acceder a alimentos y servicios básicos.
Niños y jóvenes de la zona metropolitana de Puerto Príncipe afirman que fueron obligados a alistarse a cambio de protección o de alimentos e ingresos para sus familias. Algunos aseguran que los grupos armados les proporcionan un sentimiento de identidad y pertenencia.
Las mujeres y las niñas sufren violencia sexual extrema y se multiplicaron los secuestros de estudiantes, profesores y personal sanitario, así como los ataques a escuelas. Decenas de miles de personas se han visto desplazadas por la violencia.
Además de la violencia, el hambre y las enfermedades, la población se enfrenta a la amenaza constante de tormentas y terremotos de carácter extremo.
A principios de junio, las fuertes lluvias, que coincidieron con el inicio de la temporada de huracanes, provocaron inundaciones destructivas que en muchos casos resultaron mortales. Pocos días después se registró un terremoto en la occidental región de Grand Anse, todavía está marcada por el seísmo de 2021.
“A pesar de los enormes desafíos, la ayuda humanitaria ha contribuido a evitar el hambre y una desnutrición de naturaleza catastrófica. Pero se necesita mucho más. La comunidad internacional no puede dar la espalda a los niños y niñas de Haití en el momento en que más necesitan su apoyo”, afirmó Maes.
Mientras, desde las sedes de la ONU, la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, y la del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Cindy McCain, anunciaron que visitarán Haití la próxima semana, para evaluar sobre el terreno la situación y la respuesta posible.
“Ha llegado el momento de actuar. El pueblo haitiano precisa un aumento inmediato del apoyo regional e internacional, que incluya la plena financiación del Plan de Respuesta Humanitaria”, dijo Russell.
Advirtió que los niños gravemente desnutridos tienen cinco veces más probabilidades de morir de cólera si no reciben tratamiento urgente, y se añade que el sistema nacional sanitario está al borde del colapso y Haití no tiene capacidad para responder adecuadamente a las necesidades de los niños y las familias vulnerables.
Por su parte, McCain destacó que la violencia, la inseguridad y la inestabilidad económica provocan una emergencia humanitaria en Haití que no se veía desde el terremoto de 2010. “La situación es desesperada y empeora cada día”, alertó.
McCain dijo que 4,9 millones de personas en Haití sufren inseguridad alimentaria aguda, incluyendo a 1,8 millones que corren un grave riesgo de inanición.
“Una respuesta humanitaria coordinada y bien financiada debe formar parte de la estrategia para restablecer la seguridad y la estabilidad política en Haití”, señaló.
También la presidenta del Consejo Económico y Social de la ONU, la búlgara Lachezara Stoeva, dijo que “Haití necesita urgentemente nuestra atención, que actuemos con urgencia, de inmediato. Pero las palabras no bastan”.
Recordó que el plan de respuesta humanitaria para Haití este año “requiere 719 millones de dólares, que es el mayor llamamiento desde el terremoto de 2010 y más del doble de la cantidad solicitada en 2022. Y actualmente solo el 22,6 % de esta cantidad está financiada”.
Y pese a que la ayuda alimentaria de emergencia es la máxima prioridad, Stoeva también destacó la necesidad de centrarse en los esfuerzos que puedan ayudar a construir sistemas alimentarios sostenibles en Haití.
A-E/HM - Fuente: IPS
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