| ||||||||||||||||||||||
El profe me tiene manía. Cuando dices eso, el mundo empieza a torcerse. Ahí está el germen de todo lo que viene después. Y si tus padres lo toleran y aceptan esa visión de los hechos, ya te habrán convertido en un narrador excepcional de tu propia vida y tendrás lectores que te seguirán y que, más allá de la verosimilitud que esgrimas, aceptarán las causas de tus contratiempos sin ningún problema.
Muchas veces, cuando muere un ser querido buscamos culpables. Pensamos que “si en lugar de hacer esto hubiera hecho lo otro”, no habría pasado eso malo… Que “podía haberle ido a ver y despedirme cuando se me ocurrió y pensé que iría al día siguiente, cuando ya fue tarde”, y cosas parecidas.
¿Nos quedamos satisfechos observando los hechos? ¿Interpretamos con acierto su auténtica realidad? ¿Hasta qué punto les prestamos atención? Como es lógico, las respuestas se multiplican en la manera de ver las cosas, como también surgen muchas y variadas interrogantes.
Esto es así porque sí… me expulsan los rayos, me estrenan canciones los enamorados, me condicionan la dulzura, me traicionan el alma, me culpan de culpable...
El cateto, plagiador, embustero y cínico habitante de La Moncloa, cada vez que habla, sube el pan, las verduras y frutas, productos lácteos y cárnicos, embutidos, aceites y vinagres, los pescados, loscarburantes, la energía eléctrica, los productos de droguería, las ropas, el calzado y un largo etcétera que, a buen seguro, todos conocemos y sufrimos. Lo curioso es que este tipo ¡nunca! se siente responsable de sus fracasos.
|