El cateto, plagiador, embustero y cínico habitante de La Moncloa, cada vez que habla, sube el pan, las verduras y frutas, productos lácteos y cárnicos, embutidos, aceites y vinagres, los pescados, loscarburantes, la energía eléctrica, los productos de droguería, las ropas, el calzado y un largo etcétera que, a buen seguro, todos conocemos y sufrimos. Lo curioso es que este tipo ¡nunca! se siente responsable de sus fracasos, porque suele ejercer como mentiroso mayor del Reino de España y espera que le creamos.
Donde se encuentra verdaderamente cómodo es “falconeando” por rutas más o menos imperiales gastando del presupuesto y complaciendo a parientes y amigos. Y, de vez en cuando, “vomitando” unas palabras con las que cree que nos engaña.
Anteayer (30/3/2022) se dignó “subir” a la tribuna de oradores del Congreso, a la que tanta aversión tiene, para tratar de engañarnos una vez más. No sé quién le escribe ahora, pero soltó unas cuantas milongas increíbles para justificar lo injustificable y se felicitó por sus muchos logros. ¿Dijo algo positivo? ¡Nada! ¿Alguna noticia esperanzadora creíble? ¡Ninguna! Pero sí se explayó en los contratiempos habidos desde que llegó a La Moncloa, como la pandemia, el precio de la energía y hasta ¡la calima!, que, según él, son la causa del 9,80% de inflación. Muy zorro él, no dijo que en Francia la inflación está en el 4,5%. ¿Es que para Francia no han existido los mismos contratiempos?
Y como si hablara a unos parvulitos de primer curso, con un descaro infinito, aseguró que la guerra de Ucrania, que empezó hace solo 36 días, ha influido en la inflación ¡en un “73%”! y ¡se acabó! En definitiva, la culpa ha sido del Chachachá, de la guerra, de la calima y de la oposición; es decir, de circunstancias ajenas a él. No sé lo que pensarán sus más cercanos, pero por muy “retorcidos” que sean se habrán dado cuenta de que este asaltador de tumbas nos ha instalado en el más profundo de los precipicios.
|