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La economía española cerró 2024 con un crecimiento del 3,2%, superando ampliamente el desempeño de la zona euro. Este impulso se ha apoyado en tres grandes motores como son el consumo privado, un turismo en cifras récord y una fuerte creación de empleo, en su mayoría gracias a la inmigración.
En España, las pequeñas y medianas empresas (pymes) son conscientes de las dificultades que entraña ser empresario, más aún en un entorno socioeconómico como el actual, caracterizado por la incertidumbre y la volatilidad. Ante este contexto, cabe destacar que la inflación y la inestabilidad geopolítica son las principales preocupaciones para este sector, según un informe.
La incierta evolución del entorno económico constituye la principal preocupación de las empresas españolas de cara a 2025. De acuerdo con la oleada de otoño del Estudio de la Gestión del Riesgo de Crédito en España, el 46% del tejido productivo señala al contexto general, marcado por el bajo crecimiento, entre los principales retos para hacer negocios.
El Banco Central Europeo (BCE) celebra mañana su última reunión del año y lo que está claro es que anunciará un nuevo recorte de los tipos de interés oficiales, el cuarto de 2024, pero es posible que no sea tan drástico como algunos sectores esperan.
Las tasas de inflación han bajado en muchos países del mundo y los tipos de interés se están reduciendo. Cabría esperar que la gente se sintiera más optimista sobre su propia situación financiera y sobre el rumbo que tomará la economía de su país en 2025, pero nada más lejos de la realidad. En este contexto, Ipsos ha publicado la séptima edición de su Monitor del Coste de Vida, estudio que analiza cómo se sienten los ciudadanos respecto a la situación financiera.
El IPC en España da señales de repunte, situándose en un 2,4% interanual en noviembre, según los datos adelantados del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto supone un aumento significativo frente al 1,8% registrado en octubre, impulsado principalmente por la subida de los precios de la electricidad y los carburantes, dos pilares del gasto familiar que afectan directamente a los bolsillos de los ciudadanos.
La economía española ha superado nuevamente las expectativas, logrando un crecimiento del PIB del 0,8% en el tercer trimestre de 2024 y un aumento interanual del 3,4%, consolidando su liderazgo en la eurozona frente a otras economías clave, como Alemania, que enfrenta una contracción.
Parece de todo sentido, incluso el común, que frente a un estancamiento económico, explicado por la caída de la inversión privada y las expectativas empresariales, los empleos se vean afectados como lo hemos observado durante todo el año, con cifras de desocupación altísimas, aunque desde la centralidad del Gobierno nos continúen mintiendo.
En las últimas semanas, el debate sobre las fluctuaciones salariales ha cobrado fuerza. Esto ha sido impulsado por la moderación del IPC en septiembre y las demandas de diversos agentes sociales para ajustar los salarios a la creciente inflación de los últimos años. En este contexto, los expertos consideran que la desaceleración de la inflación es una noticia alentadora que podría facilitar un aumento generalizado de los salarios.
La bajada de tipos de interés realizada en Europa tiene un claro beneficiado, en el ámbito de los mercados de activos: la renta fija y, más concretamente, la deuda pública en plazos cortos y medios. Lo esperable, a partir de aquí y en el caso de que continúe (como esperamos) este proceso de normalización monetaria, es una bajada paulatina de rentabilidades a lo largo de toda la curva de bonos, pero especialmente pronunciada en los tramos de cero a cinco años.
Excelente dato de IPC en España del mes de agosto que reduce en cinco décimas, hasta el 2.3%, el ya de por sí muy buen dato del mes de julio. También la inflación subyacente modera, en este caso una décima hasta el 2.7%, frente al informe anterior.
Los precios de los productos alimenticios esenciales han aumentado más del 70% hasta 2024, además algunas empresas han adoptado la estrategia de “reduflación”, que reducen la cantidad del producto, mientras mantienen el precio y en algunos productos, hasta el mismo envase, pero menos lleno que antes, lo que afecta directamente a los consumidores.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se pronuncia firmemente sobre el alarmante aumento de la inflación en España, que está afectando gravemente el poder adquisitivo de los consumidores. La OCU hace un llamamiento a las autoridades y a todos los sectores implicados para tomar medidas inmediatas que mitiguen los efectos devastadores de la inflación en la economía de los hogares españoles.
El precio de los alimentos subió en junio un 4,2%, lo que supone dos décimas menos que en mayo y el incremento más moderado desde diciembre de 2021, según los datos de inflación definitivos del mes pasado publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que confirman lo avanzado en el indicador adelantado con un IPC en el 3,4%, dos décimas menos que el mes anterior, y la inflación subyacente (sin alimentos frescos ni energía) que repite en el 3,0%.
Según un informe, la economía de la zona euro entrará en 2024 en un periodo de suave recuperación económica. Las previsiones de la aseguradora de crédito apuntan a un crecimiento del PIB del 0,8% en 2024, lo que supone una mejora de dos décimas frente a lo previsto hace seis meses.
La inflación anual en la zona euro se redujo en junio una décima respecto a mayo y se situó en el 2,5%, según el avance del IPC de la región publicado este martes por Eurostat. Se constata así el descenso previsto por los expertos en un indicador clave para la fijación de los tipos de interés por el Banco Central Europeo.
En la segunda mitad del año, seguiremos vigilando la relación euro/dólar. En las últimas jornadas el euro ha perdido terreno y se halla batallando por la zona de los 1,07 dólares, pero habrá que tener en cuenta el principal factor: la relación entre los tipos de interés entre EEUU y Europa, que dependen de la inflación y de su capacidad para degradar el crecimiento y la actividad económica.
La evolución de los tipos de interés continúa provocando efectos significativos en la estructura de costes del tejido productivo, aunque en el último año se ha moderado su impacto. Según un estudio, el 67% de las empresas españolas confirma que los niveles de tipos están impactando en su capacidad para financiarse adecuadamente. Se trata de un porcentaje elevado, pero quince puntos por debajo de los valores de hace un año.
Según el último informe de Unidema Research, liderado por la economista Beatriz Tejada, España destaca con un notable crecimiento del PIB de 0,7% en el primer trimestre de 2024, impulsado en gran medida por la demanda externa y la actividad turística, según los últimos datos de la Contabilidad Nacional Trimestral.
Dato de carácter mixto, el que hemos tenido en la inflación en España. En la parte negativa estaría el incremento de tres décimas frente al dato anterior, hasta el 3,6%. En la parte positiva, destacar que el mercado interpretaba que la lectura del IPC adelantado de mayo alcanzaría en 3,7%, por lo tanto ha sido algo mejor de lo esperado por el mercado. La razón de esta subida hay que buscarla sobre todo en el incremento de los carburantes y del precio de la electricidad.
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