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La economía española ha superado nuevamente las expectativas, logrando un crecimiento del PIB del 0,8% en el tercer trimestre de 2024 y un aumento interanual del 3,4%, consolidando su liderazgo en la eurozona frente a otras economías clave, como Alemania, que enfrenta una contracción.
Parece de todo sentido, incluso el común, que frente a un estancamiento económico, explicado por la caída de la inversión privada y las expectativas empresariales, los empleos se vean afectados como lo hemos observado durante todo el año, con cifras de desocupación altísimas, aunque desde la centralidad del Gobierno nos continúen mintiendo.
En las últimas semanas, el debate sobre las fluctuaciones salariales ha cobrado fuerza. Esto ha sido impulsado por la moderación del IPC en septiembre y las demandas de diversos agentes sociales para ajustar los salarios a la creciente inflación de los últimos años. En este contexto, los expertos consideran que la desaceleración de la inflación es una noticia alentadora que podría facilitar un aumento generalizado de los salarios.
La bajada de tipos de interés realizada en Europa tiene un claro beneficiado, en el ámbito de los mercados de activos: la renta fija y, más concretamente, la deuda pública en plazos cortos y medios. Lo esperable, a partir de aquí y en el caso de que continúe (como esperamos) este proceso de normalización monetaria, es una bajada paulatina de rentabilidades a lo largo de toda la curva de bonos, pero especialmente pronunciada en los tramos de cero a cinco años.
Excelente dato de IPC en España del mes de agosto que reduce en cinco décimas, hasta el 2.3%, el ya de por sí muy buen dato del mes de julio. También la inflación subyacente modera, en este caso una décima hasta el 2.7%, frente al informe anterior.
Los precios de los productos alimenticios esenciales han aumentado más del 70% hasta 2024, además algunas empresas han adoptado la estrategia de “reduflación”, que reducen la cantidad del producto, mientras mantienen el precio y en algunos productos, hasta el mismo envase, pero menos lleno que antes, lo que afecta directamente a los consumidores.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se pronuncia firmemente sobre el alarmante aumento de la inflación en España, que está afectando gravemente el poder adquisitivo de los consumidores. La OCU hace un llamamiento a las autoridades y a todos los sectores implicados para tomar medidas inmediatas que mitiguen los efectos devastadores de la inflación en la economía de los hogares españoles.
El precio de los alimentos subió en junio un 4,2%, lo que supone dos décimas menos que en mayo y el incremento más moderado desde diciembre de 2021, según los datos de inflación definitivos del mes pasado publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que confirman lo avanzado en el indicador adelantado con un IPC en el 3,4%, dos décimas menos que el mes anterior, y la inflación subyacente (sin alimentos frescos ni energía) que repite en el 3,0%.
Según un informe, la economía de la zona euro entrará en 2024 en un periodo de suave recuperación económica. Las previsiones de la aseguradora de crédito apuntan a un crecimiento del PIB del 0,8% en 2024, lo que supone una mejora de dos décimas frente a lo previsto hace seis meses.
La inflación anual en la zona euro se redujo en junio una décima respecto a mayo y se situó en el 2,5%, según el avance del IPC de la región publicado este martes por Eurostat. Se constata así el descenso previsto por los expertos en un indicador clave para la fijación de los tipos de interés por el Banco Central Europeo.
En la segunda mitad del año, seguiremos vigilando la relación euro/dólar. En las últimas jornadas el euro ha perdido terreno y se halla batallando por la zona de los 1,07 dólares, pero habrá que tener en cuenta el principal factor: la relación entre los tipos de interés entre EEUU y Europa, que dependen de la inflación y de su capacidad para degradar el crecimiento y la actividad económica.
La evolución de los tipos de interés continúa provocando efectos significativos en la estructura de costes del tejido productivo, aunque en el último año se ha moderado su impacto. Según un estudio, el 67% de las empresas españolas confirma que los niveles de tipos están impactando en su capacidad para financiarse adecuadamente. Se trata de un porcentaje elevado, pero quince puntos por debajo de los valores de hace un año.
Según el último informe de Unidema Research, liderado por la economista Beatriz Tejada, España destaca con un notable crecimiento del PIB de 0,7% en el primer trimestre de 2024, impulsado en gran medida por la demanda externa y la actividad turística, según los últimos datos de la Contabilidad Nacional Trimestral.
Dato de carácter mixto, el que hemos tenido en la inflación en España. En la parte negativa estaría el incremento de tres décimas frente al dato anterior, hasta el 3,6%. En la parte positiva, destacar que el mercado interpretaba que la lectura del IPC adelantado de mayo alcanzaría en 3,7%, por lo tanto ha sido algo mejor de lo esperado por el mercado. La razón de esta subida hay que buscarla sobre todo en el incremento de los carburantes y del precio de la electricidad.
La inflación y la carestía de vida son temas importantes que afectan a muchas personas en España. En estos últimos años, nuestro país ha experimentado un aumento en la inflación y un incremento en el costo de la vida, a pesar de los discursos optimistas de los políticos, la realidad para una gran mayoría de los ciudadanos es muy diferente.
Según un informe, la producción mundial de alimentos y bebidas crecerá un 3,2% en 2024. En 2023, los consumidores en todo el mundo cambiaron sus hábitos para equilibrar el presupuesto familiar frente a la elevada inflación y el aumento de los tipos de interés. La mayoría de los indicadores sugieren que la desinflación de los próximos meses se traducirá en un descenso de los precios mundiales de los alimentos, aunque se mantendrán por encima de los niveles de 2019.
El 24% de las empresas españolas confirma que ha sufrido impagos significativos durante 2023, lo que supone un deterioro de cuatro puntos frente a los niveles de impacto de la morosidad de hace un año. Este es uno de los datos más relevantes que se desprende de la oleada de primavera del Estudio de la Gestión del Riesgo de Crédito en España, que impulsan Crédito y Caución e Iberinform, en el que han participado los gestores de cerca de 700 empresas de todos los tamaños y sectores.
En el contexto actual, aunque las expectativas sobre el euríbor apuntan a cierta variabilidad durante mayo, no esperamos que esto se traduzca en aumentos significativos de los tipos de interés, especialmente en las hipotecas sujetas a revisión este mes.
Cada vez parece más claro que las buenas noticias para los hipotecados llegarán a partir de junio, ya que junto con los recortes de tipos del BCE se producirá una caída significativa del Euríbor. La cuestión clave ahora es el ritmo de los recortes más allá de junio, que a su vez dependerán de los próximos datos, sobre todo los de inflación.
“El aumento de la inflación en abril es más modesto que el registrado hace un año, y se espera que para junio el Banco Central Europeo realice el primer recorte de tipos, motivado por el descenso de la inflación y el débil crecimiento económico en la Unión Europea, siendo este último punto el que más preocupa ahora mismo”, señala Javier Molina, analista senior de mercados para eToro.
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