La economía española ha superado nuevamente las expectativas, logrando un crecimiento del PIB del 0,8% en el tercer trimestre de 2024 y un aumento interanual del 3,4%, consolidando su liderazgo en la eurozona frente a otras economías clave, como Alemania, que enfrenta una contracción. Este crecimiento ha sido impulsado principalmente por la demanda interna, con el consumo de los hogares, en su séptimo trimestre consecutivo al alza, y el gasto público como motores principales.
La formación bruta de capital fijo (FBCF) muestra un crecimiento positivo del 0,8% en el trimestre, una ligera desaceleración desde el 1,2% del trimestre anterior, aunque se prevé una recuperación en línea con la flexibilización de las tasas de interés por parte del BCE. En general, la proyección revisada para 2024 eleva el crecimiento anual al 3%, respaldada por una recuperación de los ingresos reales y una inversión apoyada en parte por los fondos de la UE.
En cuanto a la inflación, la tasa armonizada general de octubre alcanzó el 1,8%, impulsada por efectos base en energía, y se prevé que supere temporalmente el 2% en los próximos meses debido a estos factores, antes de retomar la senda de moderación. La inflación subyacente en el índice nacional subió levemente al 2,5% en octubre, aunque el indicador armonizado se mantiene en torno al 2,7%, lo que indica cierta persistencia de las presiones de precios. Los precios en servicios no han caído, y su moderación podría estar vinculada más a la estabilización en el mercado laboral que a un aumento en la oferta, reflejando una desaceleración de las presiones salariales que podría limitar la inflación en este sector.
Sin embargo, existen riesgos externos que podrían afectar el panorama económico en el corto plazo. Las posibles tensiones comerciales entre Estados Unidos y la eurozona, especialmente si el candidato Donald Trump implementa aranceles del 10% al 20% sobre las exportaciones europeas, podrían pesar en el comercio exterior español dada su exposición a la economía europea. Aunque la temporalidad de estos aranceles es incierta, su aplicación supondría un obstáculo significativo para las exportaciones. Aun así, con el respaldo de los fondos europeos y la flexibilización de las condiciones de crédito por parte del BCE, se espera que la inversión y el consumo se mantengan robustos, permitiendo que España continúe destacándose en un entorno europeo menos dinámico.
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