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En la presente oportunidad intentaremos reflexionar en torno al concepto de “amistad” desde una perspectiva filosófica que nos permita comprender cómo es posible el vínculo amistoso en una sociedad que ha abrazado fuertemente el individualismo rapaz y la pérdida (casi total) de atención que nos prestamos los unos a otros.
Adquirí por casualidad el pequeño librito amarillo de título “La sociedad del cansancio” (Herder, 2022) cuando el otro día fui a dar una vuelta por la Casa del Libro y lo vi sobre la mesa de novedades filosóficas. Y tras leerlo en hora y pico (preso durante todo el cronológico segmento lector de un acuciante vértigo interno, tengo que decir), sentí el impuso de escribir mis impresiones al respecto.
¿De qué sirve la moda, la tendencia, el best-seller del momento, la novedad? Sirve. Sí, sirve. Su utilidad radica fundamentalmente en lograr que no nos detengamos a reflexionar sobre absolutamente nada, experimentando una inautenticidad placentera que nos permite tratar solamente la superficie de las cosas y jamás su fondo, su profundización y razonamiento cabal.
Hoy quisiéramos reflexionar en torno a un problema filosófico interpretado bajo la óptica de los estoicos y que consiste básicamente en la dificultad que representa aceptar la idea de que nadie hace algo malo a propósito, o que el mal proviene de la ignorancia. Cuando se trae esta discusión, siempre alguien sale ofendido o enojado. Veamos por qué.
No existe el Estado perfecto. Al igual que la Iglesia, el Estado debe encontrase en un estado permanente de reforma para conseguir que la justicia que engrandece a la Nación no sea una palabra vacía de contenido.
Todo en este mundo nace desde ahí en armonía con las realidades existentes. Empero, se es difícil de comunicarse cuando hay incomprensión de los seres sociales, y por gusto, antojo hipocresía, envidia, egoísmo, celo y etcéteras, dejamos de entablar comunicación con éste (a) o aquel (lla) Todo es objeto del buen uso, no de la “hipocresía como salvadora del ser humano”.
En previas ocasiones nos hemos expresado en torno a la afectividad circulante y reinante de nuestro siglo, caracterizada por una “empatía envuelta en celofán de 08 bits” para referirnos a la superflua y ficticia forma que hemos optado de querer y hacernos querer mediante una realidad virtual en la cual todos participan para ser vistos pero raramente para interactuar con sentido.
En previas ocasiones hemos tenido la oportunidad de reflexionar y mencionar la importancia del concepto de angustia en la filosofía existencial de Martin Heidegger, refiriéndonos particularmente al rol que la misma ocupa en la analítica existenciaria del único ser que se pregunta por su ser. En pocas palabras, se podría decir que la angustia que nos planteaba Heidegger es propiamente “un miedo sin objeto”.
En las ciencias humanas se analizan infinidad de cuestiones que nos interesan a todos. Por supuesto, la filosofía y la psicología también abordan infinidad de aspectos de la existencia y del conocimiento. Es evidente que ambas intentan explicar y comprender al ser humano, su vida y su mundo. Pero es una tarea inacabable, aunque pueda ser realizada con un cierto éxito. Una de las finalidades esenciales de estas dos disciplinas es hacernos más libres y lúcidos.
Ya Platón escribió que las tres principales ideas son el Bien, la Verdad y la Belleza. La primera y la segunda se enfrentan en el mundo del siglo XXI a infinidad de maldades, falsedades y mentiras. En la sociedad digital parece que todo es cuestión de apariencia y la verdad y el bien quedan relegadas a una función de tercer orden.
La publicación de lecciones de Xavier Zubiri que permanecían inéditas es una magnífica iniciativa que pone en manos de los lectores 1.236 páginas de contenidos esenciales para comprender mejor la evolución de la filosofía zubiriana y de su génesis a través de los años. Su curso Filosofía primera fue impartido entre los años 1952 y 1953.
Indudablemente con la LOMLOE, no se están siguiendo las directrices del plan de Bolonia, y es que lo que intentan es que se formen los ciudadanos con unas mínimas habilidades y sin insistir en la importancia de los conocimientos. Lo que se consigue con este tipo de educación, como la eliminación de la Filosofía, prácticamente de los estudios de secundaria, es que todos los alumnos tengan cada vez menos preparación, menos formación, menos contenidos que aprender.
No, no se me ha ido la cabeza, ni estoy sufriendo un ataque de delirium tremens, ni mucho menos, simplemente estoy comparando las normas de este plagiador, embustero, falaz e inestable mentalmente que para nuestra desgracia, al igual que el Gran Timonel, Mao Zedong, dirige nuestra España y nuestros destinos.
La filosofía es una materia imprescindible en la Enseñanza Secundaria. Precisamente, uno de los problemas principales, en la formación de niños y adolescentes, es que comprendan realmente los contenidos que leen y que logren el nivel que corresponde a cada curso. Esto también sucede en la Enseñanza Primaria.
Carlos Enrique Berbeglia nació el 11 de marzo de 1944 en la ciudad de Villa Mercedes, provincia de San Luis, República Argentina, y reside en Buenos Aires. Es Licenciado en Filosofía y Licenciado en Ciencias Antropológicas. Ha ejercido la docencia y actuado como jurado y evaluador, además de cargos directivos en facultades de diversas universidades. Numerosas son las becas y distinciones que le han otorgado instituciones nacionales y extranjeras.
Yo empecé a ver la segunda temporada de la serie Merlí como causa de la gran primera temporada, es decir, el origen de Merlí, una serie que me sorprendió gratamente por sus enseñanzas filosóficas explicadas de una forma tan original que ni los alumnos del instituto donde se impartían las clases de filosofía ni yo, podíamos apartar la mirada de aquella genialidad de explicaciones.
Grandes filósofos han tratado sobre el amor a lo largo de la historia. Es una cuestión que posee una gran cantidad de matices y vertientes. Desde el amor romántico hasta el amor platónico y el cortés pasando por el amor a la humanidad y la amistad. Actualmente, en especial entre una considerable parte de la juventud y también en las personas adultas, parece que se está perdiendo la esencia auténtica de lo que es realmente el afecto en toda su plenitud y extensión.
Evidentemente, la filosofía de Xavier Zubiri es una lógica de la realidad que supera el kantismo y el hegelianismo, desde la perspectiva de una metafísica intramundana. Elabora una descripción del inteligir humano considerando también los descubrimientos de las ciencias naturales sobre la actividad intelectiva.
Ciertamente, las escuelas helenísticas surgen a partir del siglo III antes de Cristo y plantean unas formas de vida que buscan la felicidad. A mi juicio, las más representativas, desde la perspectiva actual, son la epicúrea y la estoica. Con Epicuro se plantea la necesidad o la conveniencia de los placeres y la serenidad, como base de una existencia más satisfactoria. También es esencial el equilibrio y la moderación en muchos aspectos del vivir.
Filósofa, Máster en Informática y Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y especialista en ética de los negocios. Colabora en el asesoramiento estratégico de diferentes compañías en temas relacionados con los recursos humanos y transformación digital. Profesora y doctora investigadora en EAE Business School. Autora de Te van a despedir y lo sabes, (Almuzara 2019), y de Por qué recursos humanos debería ser como Netflix (Almuzara 2021).
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