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Según han informado algunos medios estos días, como El País ayer, el gasto militar en España ha sido un 20% más elevado de lo inicialmente previsto en los Presupuestos Generales del Estado, desde 2022. La noticia no sorprenderá a quien conozca cómo se elaboran desde hace años las previsiones presupuestarias en materia de defensa.
Hace unos días, un lector de la web me pedía que escribiese algo sobre el papel que los gastos militares desempeñan en la vida económica. Pensaba abordar el tema, pero un artículo reciente de Thomas Palley creo que lo hace con mucho más conocimiento y brillantez.
El presupuesto del Ministerio de Defensa ha aumentado en 10 años, un 113,3%, pasando de 6.676,7 millones de euros en 2014 a 14.453,8 millones en 2023. Y en tan solo un año, de 2022 a 2023, un 23,4%. Un nuevo informe del Centre Delàs d’Estudis per la Pau analiza el aumento del gasto militar español y de las inversiones en los últimos cuatro años, en un contexto de espiral armamentista exacerbado por las presiones de la OTAN para el incremento de los presupuestos en defensa.
Uno de los mitos más extendidos en nuestra sociedad es que la economía capitalista en la que vivimos funciona o puede funcionar guiada tan sólo por una mano invisible que, a partir de la simple iniciativa individual, organiza todo el orden económico garantizando -automáticamente y sin necesidad de ninguna otra intervención- estabilidad y plena satisfacción de los intereses generales.
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