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Desde hace ya un tiempo, sorprende que la ONU, en su ámbito dedicado a los derechos de los menores, acuse al Vaticano de pasividad en la lucha contra los abusos sexuales a jóvenes. Parece que esos responsables lumbreras de la ONU ignoran la batería de medidas que la Santa Sede viene tomando desde hace años para remediar esas conductas.
Estamos fuertemente imbuidos, cada uno en lo suyo, de que somos algo consistente. Por eso alardeamos de un cuerpo, o al menos, lo notamos como propio. Al pensar, somos testigos de esa presencia particular e insustituible. Nos situamos como un estandarte expuesto a la vista de la comunidad y accesible a sus artefactos exploradores.
Dice le diccionario de la lengua que se cae en una incongruencia “cuando se produce una falta total de coherencia entre varias ideas, palabras, acciones o cosas”. Sigue diciendo que una persona es coherente “cuando actúa en consecuencia con sus ideas o lo que expresa”. Es decir que existe una correlación entre lo que se piensa, se dice y se hace.
Quien conoce el idioma inglés sabe que en esta lengua la palabra "dum" significa "tonto" o "tonta". Quien conoce de armamento sabe que "dum-dum" es un tipo de munición discontinuado y vetado. De allí que cuando una persona se atreve a decir que las dum-dum son armas caseras es claro que está hablando grandes tonterías. Y el nivel de estas se duplican cuando se trata de la presidenta de un país hablando ante la prensa internacional.
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