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Sánchez, con todo su gobierno de miseria, de estupidez, de ignorancia y esclavismo o rebañismo, se declara defensor de las mujeres. ¡Olé! Las primeras defendidas son las jueces (juezas para IM) son unas machistas empedernidas que rebajan las penas a violadores, asesinos, maltratadores y demás machos desmachados; y lo hacen porque no saben de leyes.
Antes de que la extrema izquierda comunista hiciera la afirmación sobre la falta de preparación de los jueces debería aprender a lavarse la boca con agua fuerte o simplemente con lejía. ¡Qué atrevida es la ignorancia y qué vulgar el atrevimiento por desconocimiento! ¡Cuánta maldad y odio acumula esta mafia destructiva de ese sector de la izquierda indocumentado! ¡Cuántas inutilidad hemos descubiertos entre los mamertos y mamertas aún en el Gobierno!
A ver, chiquilla, vamos a templar un poquito el fanatismo, la arrogancia y la incompetencia con tintes pronazis y maquillajes bolivarianos, y vamos a mirar las situaciones con objetividad y, si fuese posible, que no lo es, con calma y serenidad; porque los daños son peliagudos. Todos conocemos tus grandes esfuerzos, tu impaciente derivar, tus prisas por ascender y tocar las estrellas. Y, en ese afán, te estrellas. Debes definir primero qué es para ti el bien ¿te importa?
Hoy les invito a que juntos podamos comprender que es lo que está pasando en España, para que un Presidente de Gobierno “rehabilite en todos sus derechos a los condenados, los libere de la prisión o invalide y desprecie las sentencias judiciales”, como ya denunciaba Cicerón con esas mismas palabras en el año 106 a.C., para advertir que esta deriva arrastraba al colapso del Estado.
En ocasiones conviene esperar, no precipitarse ni adelantare a los acontecimientos antes de comentar una noticia, de responder a los que sacan conclusiones de los acontecimientos interesadas o de desmentir a aquellos medios de prensa o propaganda, que siempre están dispuestos a justificar, quitar hierro o desmerecer los triunfos de sus adversarios políticos, cuando las cosas van mal dadas para sus propios intereses.
A lo largo de toda mi vida, afortunadamente, he tenido un escaso y casi nulo contacto con los señores jueces. Que yo recuerde he pasado por un juzgado solo una vez. Por un tema de tráfico. Posteriormente, hace años, conocí a un juez que pertenecía a uno de mis grupos de amigos. Pero le traté muy superficialmente.
De los jóvenes hacia la política. Pero probablemente consentida. Jugar a la abstención juvenil se ha convertido en una estrategia electoralista políticamente eficaz, a la par que peligrosa para el futuro del país. No son pocos los que se resisten, aunque su voto sea por oposición, más que por ilusión. Con el miedo escondiendo a la convicción. O fuertes arraigos o rechazo total.
Hablaban en Unidas Podemos de acabar con las puertas giratorias, pero les ha faltado tiempo para absorber en el «Ministerio de Igual Da» a una condenada y dos procesados. Imagínense a la tal Serra, Isa, condenada por atentado a la autoridad. Cualquiera que cometa un atentado es un terrorista, y ahora quieren convencernos de que no lo es, a pesar del espectáculo que montó contra la policía femenina, a quien llamó de todo menos bonita, con vejaciones incluidas.
En España todos somos entrenadores de fútbol, expertos en cómo administrar el país y capaces de juzgar, sin otra preparación que la fatuidad de un ego sobredimensionado, con más acierto y solvencia que un juez o magistrado que haya dedicado su vida a la ardua tarea de aplicar las leyes del país.
El establishment del Estado español estaría formado por las élites financiera-empresarial,
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