A lo largo de toda mi vida, afortunadamente, he tenido un escaso y casi nulo contacto con los señores jueces. Que yo recuerde he pasado por un juzgado solo una vez. Por un tema de tráfico. Posteriormente, hace años, conocí a un juez que pertenecía a uno de mis grupos de amigos. Pero le traté muy superficialmente. De todas maneras, tan solo el oír aquello de “su señoría”, te produce un cierto respeto y una sensación de incomodidad. Hay otras “señorías”, provenientes de un cargo político, que ya te causan menos miedo y una pobre sensación de acatamiento u obediencia. Últimamente los medios nos están presentando la otra cara de los jueces. Cuando se despojan de la toga y las puñetas. Un aspecto más amable y, a veces, un tanto “desmadrado”. Sobre ellos salen a la luz todo tipo de componendas políticas, affaires de pareja, cambios de chaqueta y actitudes poco recomendables. Claro está. Todo ello supuestamente. Vaya que me meta en un lío.
Wynna y Reyes
Mi buena noticia de hoy se basa en la presencia ante los diversos medios de comunicación de una abogada que está preparando oposiciones a jueza. Se trata de Wynna Zadys, una canaria graduada en derecho, que ha vivido una historia muy difícil que la ha hecho estar al margen de la ley durante algunos años de su vida. Nuestra protagonista de hoy, Wynna, pasó por los juzgados hasta veinticuatro veces, siendo menor, por diversos robos en establecimientos y otras “cositas”. Una vida muy difícil que le llevó a tener contacto con los jueces en repetidas ocasiones. Ella confiesa que la última vez, aquella en que su señoría la perdonó, esta le indicó que cambiara de aptitud y se dedicara más al cuidado de su hija. En ese momento decidió cambiar de vida y “estar en el otro lado”. Desde entonces, ha cursado la carrera de derecho con un nueve de nota media. Ahora trabaja como educadora en un centro de menores. Su ilusión es aprobar las oposiciones y ejercer como Jueza de Menores. Un cargo para el que le sobra experiencia y conocimiento. Todo un ejemplo de constancia y voluntad y una clara demostración de que todo el mundo puede cambiar el mal por el bien si se lo propone. La otra buena noticia nace de la intervención en este proceso de Reyes Martel, la jueza a la que Wynna, consideraba la bruja mala y que después se ha convertido en su hada madrina apoyándola en sus deseos de alcanzar la judicatura. Gracias Wynna por tu nueva vida. Tu empeño me hace seguir creyendo en que “todo el mundo es bueno”. Tan solo tiene que proponérselo y valorar las ventajas que conlleva el cambio de actitud ante la sociedad y ante uno mismo. Y muchas gracias a la jueza Reyes Martel. Un ejemplo de como aplicar la ley en su aspecto educativo.
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