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Más claro es imposible. Ahora resulta que Pedro Sánchez se siente avergonzado de los indultos y no ve otra solución para «su blanqueo» que «echar el muerto a otro». Ese muerto es el anterior ministro de Justicia, Juan Carlos Campo. Confieso que, si desde distintos frentes le tachan de psicópata, incluso desde dentro de la profesión, ahora ya no tengo dudas de que estamos ante un caradura en toda regla, un traidor y un incompetente circular, pero peligroso.
Dos literatos de primera línea y perennidad, bajo la protección de sus escuderos, juegan al tute subastado en la calle Génova, entre a los que aseguran poder salvar España en un abrir y cerrar de ojos por disfrutar de protección divina. Precisamente, ahora que andamos escasos de dicha diligencia, solo nos apasiona con fervor las procesiones de las mejores tallas de santos que artista esculpiera.
Es bueno aclarar, para que el pueblo nicaragüense y el mundo queden claros, porque no comulgamos con la mentira. Cuando se habla, es con base y pruebas en mano. El 26 de octubre del año 2021, a las once y treinta y cinco minutos de la mañana, el ex mayor del ejército popular sandinista (EPS) Roberto Samcam, fue miembro hasta el año 1991, y fue retirado del órgano a través del plan de retiro PL3, dio una entrevista en el programa 100% noticias, dirigido por la periodista Lucía Ubau.
Dice el diccionario de la Real Academia que un bocazas es la persona que habla más de lo que aconseja la discreción. Y que la discreción es la sensatez para formar juicio y tacto para hablar u obrar; el don de expresarse con agudeza, ingenio y oportunidad, reserva, prudencia y circunspección. Siendo así, no creo exagerado afirmar que los líderes de la derecha española son unos bocazas.
Desde que está en el poder el cateto, plagiador y embustero que habita en La Moncloa, en nuestra querida España no se gobierna al uso de la decencia, la responsabilidad y el patriotismo; se hace precisamente por las fronteras de la indecencia, la incompetencia y la traición a nuestros valores tradicionales.
Conforme va pasando el tiempo y haciéndome más viejo, muchas cosas en las que creía se me van volviendo más confusas. Por ejemplo: si nuestro planeta tiene sesenta y cinco millones de años ya es casualidad que ahora se produzca un calentamiento global. Yo aprendí cuando era joven que existió una edad del hielo, hoy ya no estoy tan seguro.
Ha llegado un momento en que el Gobierno no sabe si mata, hiere o espanta. Ha dado cifras distorsionadas de la recuperación y no se va cumpliendo nada de lo previsto. Hasta el Banco Central Europeo (BCE) ha rebajado la cifra de la recuperación. España se desinfla por todas partes desde el punto de vista económico y, en lo político, el desastre ya es total.
Cuando una sociedad es sana, no puede utilizar permanentemente la mentira. Si así fuera y por un milagro se independizase, ¿admitiría las otras mentiras como un derecho? Cataluña, por desgracia, tiene un gran defensor, el Gobierno español, mercenario, siempre amenazado y siempre cobarde y miedoso… porque también el Gobierno come con ellos.
Hay una energía ciega que nos degrada como seres pensantes, que nos enfrenta entre sí y nos deja sin alas armónicas para poder expresarnos en libertad, con nuestras creencias y semánticas. La atmósfera no puede ser más inhumana. Parece que nos gobierna lo salvaje, puesto que todo se confía a la fuerza y a la barbarie. Estas simientes de odio, sembradas por todo el planeta, nos están dejando sin raciocinio.
Asistimos al inicio de un tiempo nuevo en el que la mentira ya no es el inocente lenguaje de los vendedores de humo y vocingleros. Se ha convertido en un instrumento político al servicio de Pedro y sus conmilitones, con el que amenazan, paralizan y destruyen todo lo que no esté de acuerdo con sus misérrimas opiniones.
Este no es el camino para el encuentro y la concordia, sino todo lo contrario, es el fermento en el odio, que todo lo destruye y lleva al desprecio de toda vida.Donde gobierna la mentira no hay luz, tampoco puede haber justicia.
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